La boda de Juanan y Berta en Canet D'en Berenguer, Valencia

A partir de ese momento todo fue muy muy deprisa, se me pasó volando.

Bajé del coche y ya estaban todos los invitados en la playa, con todo tan bonito, el arco lo habíamos decorado nosotros el día anterior, fue una sensación increíble, el novio ya había entrado y yo entré del brazo de mi padre. La ceremonia la ofició un amigo nuestro, después nos leímos mutuamente unas palabras mi marido y yo (un momento muy emotivo, en el que muchos invitados soltaron alguna lagrimilla) y pasamos a los votos, que nos dijimos los de la novia cadáver, ya que somos muy fan de Tim Burton. Luego, para simbolizar el momento, hicimos la ceremonia de la arena, que la llevó a cabo mi madre y estuvo muy bien. Terminamos, nos hicimos unas pocas fotos allí con el mar de fondo y fuimos al cóctel.

Como en la playa está prohibido tirar arroz (eso está prohibido pero dejar colillas de cigarro por doquier, no incomprensible) nos lo tiraron a traición según entramos al cóctel. Había teñido 2 kilos de arroz y madre mía, aquello parecía que no se acababa nunca. Fue muy divertido.

Y después ya lo típico, el banquete, que fue genial, la tarta con los muñecos de pesadilla antes de navidad, el baile... todo fue perfecto, genial, no cambiaría nada. La gente lo disfrutó muchísimo y nosotros más aún. ¡¡¡Ojalá pudiera volver a casarme!!!