La boda de Juan y Paqui en Ingenio, Las Palmas

El día de nuestra boda

Pensaba que ese día estaría histérica y a las carreras todo el día, pero no fue así. Al levantarme (muy tranquila, por cierto) fuimos a hablar con el cura, que teníamos cita con él, y después de eso la verdad es que la mañana se me hizo eterna hasta que llegó el momento de ir a la peluquería. En ese momento sí que las horas volaron. Llegó el momento de comenzar a vestirse y en vez de estar como las locas, ayudé a todos a vestirse (damas, a mi hijo....) y, por último, me ayudaron a vestirme a mí. Inmediatamente me dirigí a la iglesia donde impaciente me esperaba el que iba a ser mi esposo.

La ceremonia transcurrió perfectamente, los dos estábamos muy relajados y por ello decidimos leer el salmo y las lecturas para participar más aun en dicha ceremonia. Los dos la disfrutamos al máximo acompañados de nuestro hijo, familiares y amigos.

Al finalizar, nos subimos en el descapotable que nos esperaba y nos dirigimos a la celebración donde nos recibieron con cañones de serpentina y, a pesar de salir todo como habíamos soñado y organizado, la noche se nos hizo muy corta y las horas del convite pasaron volando.