La boda de Juan y Elixabet en Barakaldo, Vizcaya

El día de nuestra boda

Dormí poco porque me tenía que levantar pronto para hacerme el peinado y maquillaje, por lo que desayuné dos veces. En la peluquería ya empezaron los primeros nervios y al ponerme el vestido ya estaba como un flan. Se me hizo eterno hasta que llegué a la iglesia. Una vez allí me sentí como una estrella, tanta foto y tanto flash, pero al menos logré calmarme algo hasta que entre en la iglesia. La ceremonia fue muy bonita y el novio iba guapísimo. Estaba tan nerviosa que le puse el anillo en la mano equivocada.

Al salir ya se me fueron los nervios y ya fue todo disfrutar. Eso sí, las fotos con los invitados se me hicieron interminables y no quería que nadie se quedase sin poderse hacer unas fotos. Después fuimos todos al banquete, la comida y todo estaba increíble. No paraban de decirnos lo rico que estaba todo, todos lo pasamos genial y las horas se me pasaban ya volando hasta el momento del baile. Que la canción que eligió mi actual marido, se me hizo eterna. Luego no paramos de bailar y beber.