La boda de Juan Antonio y Esperanza en La Algaba, Sevilla
Elegantes Otoño Amarillo 8 profesionales
J&E
25 Sep, 2021El día de nuestra boda
Pues quizás como cualquier novia podría decir en estos últimos meses, las bodas Covid son más complicadas de organizar y llevan un trabajo extra. Trabajo que he realizo gustosamente porque tenía claro que mis invitados se merecían lo mejor y nosotros más por esperar tanto. Después de 3 fechas fallidas, llegó nuestro soñado día B y superó todas las expectativas que teníamos o que hubiéramos podido soñar. Desde que me levanté, supertranquila (que eso también ayudó), disfruté de cada instante. La peluquera y maquilladora, que era de la casa, llegó supertemprano y todo fueron risas.
En el momento de vestirme sí temblé un poco porque hasta ese momento no me había probado el traje entero nunca y me impresionó mucho verme, pero el diseñador también puso mucho de su parte para tranquilizarme y evitar que rompiera a llorar. Salí de casa entre un innumerable gentío y caminando llegué a la parroquia donde estaba medio pueblo expectante y donde pensé que lo pasaría mal, pero llevaba el mejor escudero que podría tener, mi padre, mi padrino, que me hizo reír a carcajadas todo el camino y así llegamos al altar donde un novio elegante y guapísimo me esperaba envuelto en lágrimas.
Seguir leyendo »Yo misma preparé mi ceremonia completa, con grupo de cuerdas que tocaron varias marchas procesionales, ya que quien iba a ser mi marido es músico, y un grupo familiar que me cantó al entrar y en otros momentos de la ceremonia. Todo en su justa medida. ¡Llegó el momento de las arras y el rito por el que hoy somos marido y mujer, y al finalizar le canté a mi ya marido nuestra canción! Disfrute cada instante de la ceremonia, pero aún más cuando salimos y todos nuestros amigos y familiares, que como dije antes habían esperado tanto, estaban deseosos de darnos la enhorabuena y celebrar con nosotros este momento que tanto habíamos soñado.
¡Nos hicieron un pasillo de honor con sables los compañeros músicos de mi marido vestidos de gala y teníamos también preparada una suelta de globos en honor de los que ya no están! Llegamos a la hacienda, y habíamos contratado un grupo de cubanos, D’akokan, para amenizar la recepción y entramos al ritmo de “La vida es un carnaval”, canción que ha sido nuestra bandera en estos dos últimos años y medio tan difíciles. A partir de ahí, salió todo rodado, sorpresas que me hicieron finalmente llorar de alegría por más que dije que no lloraría ese día, regalos que nos dejaron sin palabras y unos invitados dando todo desde que llegaron.
Los detalles que hicimos fueron totalmente personalizados con fotos y nombres de cada invitado y eso les encantó. Además, dimos puros de chocolate porque odiamos el tabaco y también un kit de supervivencia. ¡En la barra libre contratamos, además de grupo de flamenquito y DJ, una barra libre de tatuajes para todos y la gente alucinó! ¡Se tatuó prácticamente toda la boda! Como le dije a mi padre a última hora, lo había soñado mil veces y jamás me lo había imaginado tan perfecto! Ojalá otra vez 25/09/2021 porque ha sido, sin lugar a dudas, y a pesar de las ausencias, el mejor día de mi vida!
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