La boda de Josué y Bárbara en Cazalla De La Sierra, Sevilla

El día de nuestra boda

Llegamos el día antes al sitio donde íbamos a dormir ese fin de semana y a celebrar nuestra boda, la preciosa Cartuja de Cazalla. Dejamos nuestras cosas e hicimos una preciosa sesión de preboda en la estación de tren de Cazalla de la Sierra con La Bohème. Volvimos a dormir a La Cartuja, separados, para preparar nuestros trajes y habitaciones para los reportajes del día de la boda. Toda la decoración y planning corrió a cargo de Con Velo y a lo Loco, superimportante su labor ese día. El día en mi caso comenzó muy temprano con Pepa de Rus a los pinceles, y los fotógrafos y videógrafos, todos conocidos, amigos y compañeros de profesión. Disfruté de la tranquilidad de mi reportaje de boudoir y nupcial en una habitación preciosa. Me puse el Immacle que con tanto cuidado elegí para no sentirme la típica novia, ni disfrazada, que siguiera mi estilo con ese corte boho y que, además, fuese cómodo. Y antes de caminar hacia el altar, hicimos nuestro first look a solas, un momento muy romántico y esperado por nosotros. Luego llegó la ceremonia con nuestros poquísimos invitados, muy íntima, como queríamos. Fuimos 55 personas excluyendo personal, donde tomaron la palabra nuestros más allegados y donde nos dimos el 'Sí, quiero' a nuestra manera, con nuestros ritos elegidos y alianzas en forma de rama diseñadas por Jaime Lacaba en exclusiva para nosotros, siguiendo nuestras indicaciones. Tras eso, un pequeño cóctel con martinis mientras hicimos un pequeño reportaje, y luego un convite tipo buffet a cargo de Muñoz y Cabrera, amenizado por la impresionante La Dame, que simplemente fue espectacular y nos hizo bailar todo el tiempo. Al terminar, hicimos nuestro baile nupcial en una antigua cocina (este no era el sitio elegido, y fue un gran contratiempo ya que el suelo no estaba pavimentado y nos dificultó mucho a la hora de poder hacer nuestro baile con fluidez), ¡todos quedaron encantados ya que fue sorpresa la coreografía y el tipo de baile! Tuvimos un corte de la música que casi nos hace perder el hilo, ¡pero retomamos bien! Y aprovechando la hora dorada, salimos de nuevo a hacer fotos y a la vuelta disfrutamos hasta la noche de la buena música, barra libre y baile gracias a Spirit Music. Al terminar, incluso fuimos al pueblo, donde ese día había carnavales, y seguimos la fiesta allí. Ambos somos fotógrafos de boda, y he de decir que fue como si nos hubiéramos casado cada fin de semana, para nada nerviosos y disfrutando del día a tope, que tuvo sus pequeñas faltas con los espacios y su gestión, la música, etc., como todas las bodas, pero que disfrutamos igualmente, y a pesar de ello, nos quedó un grato recuerdo.