La boda de José y Alba en Huelva, Huelva

El día de nuestra boda

Fue el día más maravilloso que jamás pensé. Un día que nunca olvidaremos. Nada más bajé del coche comencé a emocionarme al ver a toda mi gente allí y, como no, a mi marido esperándome, todo tan bonito, decorado y caminando del brazo de mi padre parecía un sueño.

Comenzó la ceremonia. Nos la organizó un chico el cual no conocíamos, pero mi mejor amiga al saber que buscábamos oficiante de ceremonia me hablo de él y qué buena elección hicimos. Juan de Dios, que así se llama, es un ser lleno de amor que nos preparó todo con tal cariño que allí se respiraba paz, amor y mucha emoción. Todos andábamos con las lagrimillas. Mi mejor amiga Inma nos leyó un texto tan bonito como ella, sus palabras tocaron mi corazón y el de todos los presentes, al igual que un amigo de mi marido, José, que también tuvo ese detalle. Mi suegro y sus hermanos también participaron y nos dieron sus benciones.

No me pregunten porqué, pero en el ambiente se notaba que era una boda muy bendecida. De hecho, un día antes llovía a mares y yo andaba preocupada porque lloviera, ya que lo hacía al aire libre, pues nada, solazo en mi día y buena temperatura. Al día siguiente después de la boda otra vez llovía a mares. Llámenlo casualidad, pero yo no creo en las casualidades. ¡Sé que Dios hizo que ese día fuera perfecto y así fue!