La boda de Jordi y Paula en Palau De Plegamans, Barcelona

El día de nuestra boda

Un año y medio de preparativos, un año y medio de nervios, un año y medio esperando para que llegara el día en el que mi abuelo hacía 80 años, el día en el que mi pequeño amigo hacía 30 y mis tíos 17 años de casados. Después de contratiempos típicos como quedarnos sin iglesia a dos semanas de la boda o que no nos llegaran diferentes detallitos de los invitados, al fin llegó el momento en el que toda nuestra gente iban a estar allí, mirando como cumplía mi sueño, donde Jordi me iba a esperar al fondo del pasillo mientras el grandullón de mi padre me ayudaba a salir del precioso Cadillac blanco y me acompañaba temblando.

Después de 8 años, Jordi y yo decidimos casarnos de una forma atípica. Queríamos una fiesta donde gritar a todo el mundo "¡Sí, seguiremos juntos por muchos años y sí, estamos locos!".

Por eso teníamos que buscar proveedores que se adaptaran a nuestra idea de boda tradicional al principio pero divertida e inolvidable al final. La iglesia elegida fue Sant Francesc de Sales, un sitio estupendo, aunque casí nos quedamos sin cenar por el largo sermón del cura.