La boda de Jordi y Lidia en Barcelona, Barcelona

Después del paseo a caballo, la llegada a la casa fue espectacular. El novio, mis niños, los invitados y la decoración hicieron que mis nervios se fueran relajando o poniendo más nerviosos, no sé, porque las emociones eran muchísimas. Entré con mis pequeños y el mayor, y ver la sonrisa de mis niños y mi marido fue alucinante. Nos casó el Mago Nani, y la ceremonia fue muy familiar, emocionante, con bromas, sonrisas y lágrimas de felicidad. Con la colaboración de amigos, nuestros peques, etc. La ceremonia, como vengo diciendo, fue mágica.

Después vinieron, entre risas, la sesión de fotos y el pica pica en la zona exterior que, a pesar de ser poquitos invitados, se unieron mucho entre ellos. Luego vino la entrada de los novios, estrenamos una preciosa carpa, muy bien decorada, y la entrada de los novios haciendo baile y bromas por las mesas fue muy divertida.

Durante el banquete, hicimos bailar a las mesas (antes pusimos unos carteles en las mesas, y cuando sonaba la canción de esa mesa los invitados de la mesa tenían que bailar lo mejor que supiesen para conseguir el premio a la mejor mesa). Los novios se levantaban a bailar con las mesas. La comida, tanto pica pica como banquete, nos encantó, todo estaba buenísimo. El pastel fue exquisito.

El baile con el canto de los novios muy bueno. Después hubo espectáculo de magia, dinámica con las narices de la fundación, y baile. La entrega de regalos, el ramo novia, premios... La verdad es que se alargó, pero todo fue estupendamente. Los que quisieron se quedaron allí a dormir, y al día siguiente hubo tornaboda, desayuno y comida. Por la tarde terminó la ceremonia. El escoger la casa rural, en tiempos Covid fue lo más acertado.

He de dar las gracias al novio por la sorpresa del caballo, a los invitados por asistir y pasárselo tan bien, a los dueños por ser una familia ejemplar y con un servicio 10. Os animo a todos y todas.