La boda de Jordi y Helena en Sant Celoni, Barcelona

El día de nuestra boda

Fue un día perfecto, ¡un sueño hecho realidad! Amaneció un día precioso, un cielo azul claro y un sol radiante. Nos despertamos un pelín nerviosos. Después de desayunar el novio se fue con sus padres y yo me quedé con mi familia. Mis hermanas me ayudaron a vestirme y arreglarme mientras mis sobrinos jugaban en la habitación. Mi hermano, el padrino, muy emocionado me leyó un poema precioso y me entregó mi ramo de rosas amarillas y margaritas blancas en honor a mi madre. Luego salí de casa del brazo de mi padre que ese día estaba feliz y emocionado y... ¡sorpresa! Mi coche de boda era un precioso 2 caballos azul. Sorpresa que habían preparado el novio con mis cuñados y hermanos. A partir de allí todo fue sucediendo de forma fluida y perfecta: la ceremonia, las fotos, la comida...todo alegría, emoción y mucha felicidad. ¡Fue un día inolvidable!