La boda de Jesús y Patricia en Gijón, Asturias
De noche Verano Blanco 8 profesionales
J&P
21 Jul, 2018El día de nuestra boda
Ha sido uno de los mejores días de nuestra vida sin ninguna duda.
Es cierto que para mí (Patricia) el último mes estuvo lleno de nervios y preparativos a todo correr. Vivimos en Córdoba y al casarnos en Gijón era muy difícil prepararlo todo. Por ello, llegué un mes antes para dejarlo todo listo, mientras Jesús seguía trabajando en Córdoba hasta dos días antes de la boda. ¡Qué estrés!
Tengo que decir, eso sí, que todo fue muy bonito para mí, ya que todos los preparativos eran para nuestro día. Ir a ver los vestidos de mi hermana y mi madre, el chaqué de mi padre e ir haciendo todos los detalles que luego estarían en nuestro gran día, era muy especial. Jamás olvidaré la limpieza exhaustiva que hicimos mi hermana, mi amiga Inma y yo del salón de mi casa, donde pondríamos el vestido de novia.
Por fin se iba acercando el gran día y el estrés aumentaba por momentos, pero la ilusión y la felicidad también. Algunos días antes los familiares y amigos de Córdoba iban llegando y hablando de lo que les gustaba Asturias y el fresquito (algo que a mí me quitaba el sueño, ya que estuvo lloviendo los tres días anteriores sin parar).
Seguir leyendo »El día antes organizamos una espicha (una cena típica de aquí que se hace en un llagar de sidra) para la gente que venía de fuera. Esa noche ya fue especial, la gente nos felicitaba y nos hablaba de lo importante que era estar tranquilo y disfrutar de cada momento (algo que me ponía más y más nerviosa). Disfrutamos mucho con la compañía, pero pronto nos fuimos cada uno a nuestra casa a descansar para el gran día.
Y al fin llegó, amaneció un día bastante nublado e incluso caía alguna gota (yo ya había hecho todo y no podía ya hacer más). Desayuné algo (no mucho, ya que de los nervios no tenía mucha hambre) y me preparé para ir a la peluquería. Allí estaba con amigas y familiares todas peinándonos y aunque estaba nerviosa, aproveché para reírme un rato. Mientras, mi padre iba a la floristería a recoger el ramo y algún detalle más. Terminamos hacia las 15:15 de la tarde. Cuando salimos nos fuimos para casa, donde la maquilladora (nuestra querida Tania) nos esperaba a mi hermana, mi madre y a mí. Comimos algo rápido que mi padre había traído y me hice una tila de postre. Me preparé para el maquillaje y las fotos de novia, y cuando estaba lista decidí ponerme a jugar con el iPad para relajarme un rato. Llegó mi momento del maquillaje y de las fotos de novia. Todo fue rodado, fuimos muy bien de tiempo y no hubo ningún imprevisto de última hora. Llegó el momento de vestirme (se supone que mi hermana y mi madre me ayudarían, pero ellas todavía no estaban listas). Yo, que estaba al límite de nervios, decidí hacerlo yo sola y Tania decidió ayudarme también. Cuando aparecieron mi hermana y mi madre yo ya estaba lista, no se lo podían creer. Ya no quedaba más que media hora y yo quería salir cuanto antes. Para mi sorpresa, cuando nos decidimos a salir por la puerta hacia el coche de la novia... ¡Llovía! no me lo podía creer. Ya en el camino hacia la iglesia, me di cuenta que en el centro de Gijón no había caído ni una sola gota. Sin duda mereció la pena haber llevado 30 huevos a Santa Clara. Una vez en la iglesia, casi me muero de vergüenza, había un montón de espectadores en la entrada y Jesús estaba allí fuera con su madre. Cuando nos vieron aparecer, entraron en la iglesia. Una vez que estaban allí, decidí bajarme del coche sola y sin atender a lo que el fotógrafo me había pedido, que era que me esperara y él me avisaba (los nervios del momento). Una vez allí, la emoción era enorme, pero a la vez, no paraba de repetirme a mí misma que tenía que disfrutar de todo para acordarme bien. El hecho de ver a tanta gente querida y a mi padre conmigo de la mano, fue suficiente para que los nervios se me fueran por completo. Fue emocionante la entrada, con la música, Jesús en el altar emocionado, son momentos únicos y que se quedarán para siempre grabados en nuestra mente.
La misa fue muy especial, porque cantaron unos amigos de la familia de siempre, por D. Eduardo, es sacerdote que nos bautizó y casó a mis padres, también como de la familia. Por todos los que participaron y por la emoción del momento. Fue precioso y viví cada momento, sabiendo lo que iba a pasar, porque lo había preparado yo, pero viviéndolo en primera persona.
Cuando ya firmamos y nos hicimos unas fotos en el altar, nos estaban esperando nuestros amigos y familiares para tirarnos pétalos ¡Qué felicidad! Ya estábamos casados, ya solo era disfrutar. Y así lo hicimos, después de unas cuantas fotos, nos fuimos a Somió Park, donde nos esperaban con dos copas de champán y un magnífico jamón para brindar con nuestros seres queridos. Allí todo fue disfrutar y estar con ellos. Azucena nos lo puso todo facilísimo y nos indicó como hacerlo todo. La comida fue espectacular (demasiado, pero perfecta) los momentos emotivos dieron el toque a la noche y el baile y la fiesta no faltaron. El fotomatón, la recena, el candy bar, la música pusieron el broche final a una gran noche.
A las 7:00 de la mañana nos dirigimos al hotel y allí no pudimos dormir de la emoción tan grande que teníamos. Fue una día muy muy especial y lleno de bonitos momentos para no olvidar jamás.
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