La boda de Javier y Natalia en Madrid, Madrid

El día de nuestra boda

Teníamos nuestra boda planificada para el día 6 de junio de 2020, por el Covid nos vimos obligados a posponerla y tuvimos suerte que nuestros proveedores nos dieron todas las facilidades para poder celebrarla lo antes posible y conseguimos cerrar la fecha de 18 de julio. Ese día, a pesar de todos los pronósticos, yo no estaba nerviosa, tenía muchas ganas de encontrarme con mi prometido y poder celebrar con todos los que pudieran acompañarnos en nuestro gran día. Por la mañana nos acompañó en casa Lola, peluquera y maquilladora especialista que nos arregló a mi hermana y a mí y nos dejó guapísimas y supernaturales, como nosotras queríamos. La boda fue a las 18h y me acompañaron a la iglesia en el coche mi cuñado (que fue el chófer más atento y detallista que os podríais imaginar), mi padre y mi hermana. Al llegar el fotógrafo, nos hizo algunas fotos preciosas y entramos al gran momento. Cuando se abrieron las puertas de la iglesia para que entrara y todos los invitados se giraron a mirarme, fue el momento en que más nervios me entraron. Me temblaba todo el cuerpo y no podía mirar de frente porque me hubiera echado a llorar de la emoción. Aguanté el tipo como una campeona hasta llegar a mi ya marido, que me dio un beso en la mejilla y me recordó lo guapa que estaba. En ese momento me relajé y comencé a disfrutar. La misa fue preciosa y muy entrañable gracias al padre Ernesto Postigo. Al terminar la ceremonia, fuimos todos al sitio donde lo celebramos, el Club de Golf de La Moraleja, donde desde el minuto uno nos transmitieron tranquilidad y fueron especiales con todos los detalles, sirviendo una comida deliciosa. Nuestra boda fue tipo cóctel, lo que nos permitió poder movernos entre todos los invitados, haciéndola más dinámica y divertida. Y al haberse reducido el número de invitados por el Covid y varias personas que no pudieron venir, fue una boda muy especial y cercana, éramos 100 personas y todos los que nos acompañaron eran gente que nos quiere y quería acompañarnos. La gente al principio mantuvo distancia y algunos utilizaron mascarilla, pero a lo largo de la tarde se fueron relajando y acabamos todos bailando y disfrutando como una boda normal. A mi marido y a mí nos inquietaba que por culpa nuestra pudiera surgir algún caso de Covid, y gracias a Dios tuvimos la suerte de que todo salió mejor de lo planeado y no hubo ningún problema. Al pasar los días, varias personas se hicieron pruebas y no surgió ningún positivo por Covid, así que respiramos tranquilos. Recordaremos siempre nuestro día con cariño especial por todo lo que hemos tenido que pasar y la incertidumbre que hemos vivido por esta situación y porque todo salió espectacular. Muchas gracias a todos los que lo compartieron con nosotros.