La boda de Javier y Elena en Oviedo, Asturias
Vintage Primavera Verde 8 profesionales
J&E
04 Jun, 2016El día de nuestra boda
Quisiera hablar primero de mi precioso vestido color mantequilla, que no me canso de mirar (aunque parezca blanco en las fotos). El vestido me lo hizo una familiar modista ya retirada con sus propias manitas, partiendo de un par de metros de encaje que compré expresamente en el Marché St Pierre de Paris con una amiga que vive allí y me ayudó a escogerlo. Fui hasta allí porque quería algo especial para mi traje de novia, algo con lo que me identificara...y me encantó por la delicadeza del tacto, por el borde que tenía y por el tamaño pequeñito de las flores. Este era el último trozo que quedaba del rollo que vendían, como si me estuviera esperando. Como quería además que el vestido tuviera un corte griego y minimalista, combinar esos dos estilos sólo me fue posible inspirándome en la moda de principios de siglo XX cuando se empezó a retirar el corset, en los diseños de inspiración griega del diseñador Poiret. Creo que esta idea tan vintage quedó plasmada en mi vestido, que a la vez quería que fuera etéreo, campestre y floral. Y, por supuesto, muy bien hecho a medida, yo me veía favorecida al máximo...me sentía muy bien con él. ¡Creo que se me ve, que estaba feliz! No es fácil encontrarse bien en un vestido para las chicas de mi talla pero creo que lo conseguí.
Seguir leyendo »Aunque mis suegros viven en Oviedo, reservé una habitación de hotel para la noche previa a la boda para estar más tranquila. Por la noche me di un baño y todo pero aun así me costó mucho dormirme, sólo conseguí dormir 5 horas, menos mal que la boda era de tarde. Por la mañana me levanté y di un paseo para despejarme y desayunar, aproveché para comprar una libreta y un boli ya que mi intención era dar un discurso en la ceremonia civil y aun no había tenido ni un minuto para reflexionar (increíble, pero es así). Llegué de nuevo al hotel sobre las 10:00 horas, redacté un pequeño discurso en una hoja y me eché la siesta como una horita o así... me desperté despejada, menos mal que me hizo efecto la siesta.
A la una empecé a prepararme: me di una duchita tranquila y me puse mi pijama de seda y mi bata de novia, ¡ya estaba preparada para mi gran día!
La boda era a las 18:00 horas y a las 2 llegó la peluquera...¡íbamos bien! Me hizo los rizos con la plancha y me dejó una especie de rulos puestos durante 3 horas pero sin fijador ni nada (por lo que luego se me fueron cayendo los rizos pero yo en ese momento estaba tan tranquila). La maquilladora empezó con mi madre que llegó un poco tarde y luego estuvo conmigo mucho más tiempo del calculado (fue muy minuciosa) por lo que luego apenas dio tiempo para ponerme la corona y vestirme, ¡fue todo tan rápido! Me hubiera gustado tener un momento para mí antes de salir pero no pude, salimos corriendo. Y el peinado no me quedó muy bien fijado, aunque luego la gente me decía que iba muy "natural" (no sé si era un piropo o todo lo contrario, porque mi pelo en realidad es más rizado y al final con la humedad del ambiente y sin fijación se me fue quedado una ondulación un poco rara...en fin. Así quedó, ¡ya no lo puedo cambiar!
Mi padre estaba esperando en recepción. El coche estaba precioso, era un coche antiguo, de mi abuelo, que lo había llevado a pulir y estaba fantástico con las flores. Me emocioné al verlo.
Llegamos mi padre y yo al restaurante. En la entrada del jardín nos esperaba la maître (la organizadora) y los gaiteros. Como llevábamos más de 20 minutos de retraso la gente estaba muy expectante y había tenido tiempo de admirar todo el paisaje del áramo y la decoración de la carpa (luego vimos por las fotos que realmente habían quedado impactados)
La maître del restaurante nos dio la señal de empezar a avanzar cuando los gaiteros empezaran a tocar y la verdad es que fue un momento mágico. Nosotros, creo que inconscientemente, como íbamos un poco tarde, fuimos muy rápido avanzando, eso sí, muy acompasados (¡luego me dijo mi madre que íbamos a toda mecha pero no nos dimos ni cuenta!).
Cuando entré en la carpa de madera blanca no pude ver a nadie y eso que estaba la carpa llena...sólo vi a Javier, mirándome con unos ojos de enamorado...
La ceremonia salió bien aunque a la oficiante al parecer no se la oía nada porque tenía una voz muy flojita pero bueno, ¡así le daba más misterio al evento! Los del restaurante se confundieron de musica de fondo y pusieron una canción que era muy cortita repitiéndola sin fin y Javi y yo nos mirábamos rezando que nadie se diera cuenta... Leyó una amiga mía un discurso que hizo sobre nosotros (fue precioso) y un primo de Javier leyó un poema. Mi pequeño discurso le encantó a la gente (luego me lo dijeron), se echaron a llorar y no era mi intención, sólo quería recordar a la gente que no había podido venir y la gente sin querer se emocionó. También dediqué unas palabras a mi chico, que después me dijo que habían sido el mejor regalo que le hubiera podido hacer nunca. ¡Ufff....qué bonito!
Luego nos tiraron los pétalos de flores a la salida, fue un momento mágico porque veíamos que la gente se lo pasaba bien y sobre todo a nuestro hijo de 4 añitos que disfrutó muchísimo porque le encanta tirar cosas. Fuimos el novio y yo caminando lentamente hasta la zona del aperitivo y mientras tanto él me dijo que le había dado un vuelco al corazón al verme tan guapa...no me lo esperaba en absoluto después de tantos años viviendo juntos... ¡fue un momento increíble!
Abrimos el sitio del aperitivo con sidra que nos escanció un camarero. Mientras estábamos haciendo algunas fotos de familia, como tocaban los gaiteros nuestro niño se puso a bailar improvisadamente al ritmo de las gaitas, era un baile muy raro, pero muy alegre, la gente se partía de risa de verlo bailar y yo estaba un poco nerviosa porque no paraba y no había forma de sacarnos una foto con él, pero al final me relajé y me reí porque la verdad es que parecía que estaba preparado,
Tomamos los aperitivos en el hall del restaurante con una de las paredes al aire libre y con vistas al jardín (inicialmente iba a ser en los jardines pero orvallaba durante la ceremonia y decidieron trasladarlo al hall, como habíamos acordado previamente) y la verdad es que estuvimos muy a gusto porque salimos y entramos al jardín a hacernos fotos sin problema cuando salía un rayo de sol y al mismo tiempo el cóctel estaba a cubierto por lo que no había riesgo de mojarse. Había barra de cócteles que no nos acordábamos de que habíamos contratado pero que triunfó: caipirinhas, mojitos, cócteles de fresa...la gente nos felicitó. Y los aperitivos fueron muy buenos y variados, la gente quedó muy sorprendida, ¡cada uno tenía uno favorito! La verdad es que sitio estaba cumpliendo las expectativas hasta el momento al 100%. Los gaiteros tocaban durante el cóctel... ¡así que los madrileños quedaron encantados con la boda asturiana!
La cena estuvo genial, todo el mundo quedó empachado y quejándose de no haber podido comerse todo lo que le había gustado (una pena por otro lado pero bueno, las bodas son así). La tarta que había encargado aparte porque era mi ilusión, me encantó, estaba decorada tal y como lo había pedido, con las flores en esos tonos y nuestras iniciales. Además estaba exquisita porque era de un bizcocho de chocolate muy esponjoso y no muy dulce y con una cobertura y relleno dulce que era una delicia. La repartición de los regalos (licores extremeños para todos en honor a mi madre que es de Cáceres, y jabones artesanos y abridores originales como detalles de madrina y padrino respectivamente) fueron un caos, nos teníamos que haber organizado mejor, ¡menudo lío! Luego hicimos un sorteo de una cesta también extremeña para darle más emoción al momento.
Pero yo iba repartiendo detalles un poco atolondrada porque mi máxima meta era que la gente no se apalancara demasiado con la sobremesa y que empezara la fiesta, por lo que enseguida nos pusieron un video precioso con fotos nuestras de pequeños y de nuestros viajes juntos, y de nuestro bebé en un proyector...todo muy emotivo. E inmediatamente después retiraron el proyector de la pista de baile empezó a sonar el vals. No habíamos practicado nada y Javi no sabe bailar... ¡improvisamos muy alegremente y fue todo muy divertido! Luego bailé yo con mi padre (que tampoco sabe bailar) y mi madre con nuestro niño...y se fue abriendo el baile.
Fue una fiesta inolvidable, con música de todas las épocas y creo que todo el mundo disfrutó muchísimo. Tenemos fotos de prácticamente todo el mundo pasándolo pipa. Además, el salón tenía terracita con sofás de mimbre, supuestamente para fumadores pero como había momentos de auge (y calor a pesar del aire acondicionado) de la fiesta , era un alivio tener la terracita. Los del video de la boda la aprovecharon para hacer una especie de "confesionario" y que a medida que la gente se iba animando iban recopilando frases....todavía no he visto el video pero tiene que ser de traca.
Y otro detalle muy bueno fue una cámara instantánea en color pastel. Fue un detalle muy vintage que pusimos en una mesita, decorada con flores y un cartelito igual que los meseros que decía que dejaran su foto y su comentario en el álbum. Tuvo un éxito arrollador, ¡qué risa al día siguiente viendo las fotos tan divertidas!
También pusimos una mesa dulce mi hermana y yo, estaba preciosa y decorada al detalle en tonos turquesa y rosa palo pero estaba al fondo y con las luces apagadas no lucia mucho pero sí que triunfó al final de la noche.
Al final nos fuimos todos en el autocar de vuelta al hotel, incluidos los novios. Mis amigas hasta cantaron canciones de excursiones infantiles, fue super divertido. Fue un gran descanso lo del autocar, al igual que lo de reservar ya el hotel y lo de la cuidadora de niños...yo creo que la gente lo agradeció mucho porque sabía que pensábamos en todos, que los mimábamos.
Yo pensé que la gente exageraba un poco con esto de las bodas. Pensé que sería bonito pero no imaginé hasta qué punto. Pensé que el firmar era lo fundamental y no es así. Lo más importante es estar con la gente que realmente quieres y que te hace feliz. Gente feliz de verte feliz, eso es lo más bonito. También e s bonito para las mujeres que nos casamos vernos hermosas un día tan especial, te sube la autoestima un poquito ¡y eso nunca viene mal!
Mi ya marido y yo lo pasamos genial .Luego hablándolo concluimos que habia sido la boda en la que mejor nos lo habíamos pasado (sin que tuviera que ver que hubiera sido la nuestra). Porque como "invitados" nos encantó. Eso creo que está muy bien, porque ya que te gastas el dinerito ¿qué menos que disfrutarlo y ver disfrutar a los tuyos? Y ¡que descanso que ya haya pasado! ¡Fuera nervios y presiones preboda! ¡Bienvenida a la feliz vida de casados!
Por último quería decir que todas las fotos son espontáneas, caseras, no teníamos fotógrafo, solo contratamos a Néstor para el video. Por eso no son muy perfectas aunque para mí son muy especiales. La última es un detalle de la mesa dulce que pude rescatar pero no se aprecia entera, una pena...
¡Un abrazo a todos/as y gracias por leerme!
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