La boda de Javier y Cristina en Miguelturra, Ciudad Real
Elegantes Verano Blanco 4 profesionales
J&C
05 Sep, 2015El día de nuestra boda
Fue algo especial, un día que no defraudó lo más mínimo, algo que ni Cristina ni yo olvidaremos jamás. Todo salió como estaba previsto. Son muchos meses organizando la boda y la verdad es que cuando llega el día te vas dando cuenta que todo va sobre ruedas, que no hace falta nada más que disfrutar de cada momento como nosotros lo hicimos.
Los días previos al enlace fueron muy ajetreados, como les pasará a todas las parejas, pero la verdad es que nosotros mantuvimos la calma en todo momento, que es la clave para que todo esté bien organizado y dejarse llevar y que pase lo que tenga que pasar. Y vaya si pasan muchas cosas y muy divertidas, pero se disfruta mucho porque toda tu gente está pendiente de ti. Te das un baño de multitudes muy especial porque son los tuyos los que están a tu lado.
Nuestra boda no fue muy multitudinaria, que era lo que queríamos, unas 110 personas, lo cual hizo que pudiéramos disfrutar de todos los invitados, familia y amigos casi por igual y durante mucho tiempo. El día empezó soleado, pero se fue cubriendo poco a poco e incluso llegaron a caer unas gotillas cuando estábamos echando las fotos y también durante el cóctel, pero no fue mucha cantidad y no nos deslució demasiado. Bueno, mientras cenábamos llovió más fuerte, pero ya estábamos a cubierto.
Seguir leyendo »Uno de los momentos que más pude disfrutar fue el de salir de la iglesia. Todos a nuestro alrededor brindando por nosotros, con arroz, como no, confeti y también petardos, que a mí no me gustan, pero que se ve que había quienes no lo sabían. Otro momentazo fue el viaje en el coche clásico, un Cadillac Eldorado, que, como anécdota, ese no era el coche que tenía que haber venido a por la novia, sino un Jaguar también clásico de 50 años que se averió unos días atrás. Hay que decir que yo me enteré del cambio del coche mientras me estaban tirando el arroz, al salir de la iglesia.
El banquete se dio muy bien, llegamos cuando el cóctel ya estaba empezado y nos recibieron con una preciosa suelta de globos, que desgraciadamente no pudieron llegar muy alto porque la mayoría explotaron en los pinos del patio del restaurante, pero nos sorprendió y nos gustó mucho. Hubo más sorpresas. Nos regalaron una caja de chapas personalizadas para que nosotros se las diéramos a cada invitado y no veas qué lío. Al final fue imposible repartir a cada uno la suya. El corte de la tarta también fue un momento muy especial con la banda sonora de la película de Oficial y Caballero de fondo.
Después, me trajeron un micrófono y pensé que me pondrían a cantar mi gran noche de Raphael y no me equivoqué. No sé cómo me quedó porque nadie me ha enseñado ningún video aún. Por último, nos sorprendieron con un vídeo con fotos de nuestra vida y nosotros sorprendimos a todos los asistentes con uno de preboda que habíamos grabado con nuestra hija en el entorno de las Tablas de Daimiel y que hizo saltar más de una lágrima al personal.
En general, la gente se divirtió mucho en la barra libre, dado que la media de edad de nuestros invitados no era muy alta y echamos muy buen rato con el photocall que nos hizo el fotógrafo en el salón de baile. Cuando acabamos, algunos teníamos muchas ganas de seguir de fiesta, pero estábamos ya muy cansados. Eran las 5:30 de la madrugada y era hora de hacer balance. Cristina y yo nos sentamos muy juntitos en un banco del patio donde se había celebrado el cóctel a hacer balance de todo el día y compartir confidencias y experiencias. Fue un momento muy romántico. Reflexionamos sobre cómo había salido todo y llegamos juntos a la conclusión de que nos lo habíamos pasado genial y creíamos que nuestra gente también se había divertido. Finalmente, nos fuimos a nuestra suite nupcial y hasta aquí puedo leer.
Si nos preguntan si volveríamos a organizar nuestra boda, les diríamos a todo el mundo que no, porque es una cosa que solo se vive una vez. El mejor consejo que se puede dar a alguien que se quiere casar es que pase lo que pase disfruten de ese día desde que se levanten porque es irrepetible. Al final, lo que te queda de tu boda es el recuerdo.
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