La boda de Jaume y Meritxell en Barcelona, Barcelona
Al aire libre Verano Verde 4 profesionales
J&M
12 Jul, 2014El día de nuestra boda
El día había llegado. Era un día que el sol brillaba, parecía que sabía que ocurriría a las seis de la tarde.
Aquella noche habíamos dormido separados, para mantener más la magia. Por la mañana, hacia las 12 hablamos por teléfono para saber cómo estábamos. Aunque parezca raro la novia estaba tranquila, en cambio el novio era un saco de nervios, y aún se puso más nervioso al ver que ella no lo estaba.
A las tres de la tarde, el novio comenzó su sesión de fotos que duró aproximadamente 45 minutos. Después, el fotógrafo se dirigió a casa de la novia, dónde también le hizo el reportaje fotográfico.
Después del verso del padrino, dónde la novia y los acompañantes del momento rompieran a llorar, se fueron hacia el lugar de la ceremonia. La Masia Can Portell, ya que la novia es una obsesa de la puntualidad.
Una hora antes de la hora de la boda, el novio ya estaba acabando de perfilar los últimos detallitos para que todo fuese genial, ya que es un profesional del sector y quería que saliera todo a la perfección.
Seguir leyendo »Así pues, como "puntuadicta", la novia llegó al lugar 15 minutos antes, incluso antes que algunos invitados. Y tuvo que esconderse para que nadie la viese. Y para colmo una amiga de la madre de Meritxell le había llamado diciendo que Jaume no estaba. Por suerte todo quedó en una confusión. Él estaba recibiendo a otros invitados.
Finalmente, el novio se colocó en su lugar. Y llegó el esperado momento de ver a la novia recorrer el pasillo nupcial. Mientras tanto sonaba al piano "Come what may" de Moulin Rouge, unas de las canciones favoritas de los novios. Jaume no aguantó, y le empezaron a caer lágrimas al ver a su prometida, que pronto sería esposa. Meritxell, al verle, se emocionó y cuando llegó a su lado, únicamente le dijo un tímido: "Hola, amor". Los dos se miraron y no hubiese sido necesario decir nada más, con sus miradas ya se entendía el amor que había y que deseaban estar juntos para siempre. ¡Aun así la boda siguió su curso!
Hubo intervenciones de familiares, de amigos e incluso de los mismos novios. En el momento del beso, para concluir la ceremonia, una lluvia de arroz cayó sobre los novios. Se giraron y empezaron a recorrer, juntos, como marido y mujer el pasillo nupcial. Su felicidad era incalculable.
Mientras los invitados empezaban el cóctel, los novios se hicieron algunas fotos en los jardines. Después se incorporaron con los amigos y familiares.
Al cabo de un rato, pasaron al interior de la masía para iniciar la cena, pero antes hicieron su primera entrada como recién casados.
La cena fue espectacular junto a una preciosa puesta de sol, que ningún invitado dejó de fotografiar. Después un brindis, dónde los invitados se fueron levantando de forma espontánea para brindar con los novios y desearles felicidad.
Seguidamente, la novia se marcó un baile improvisado a ritmo de "Single ladies" de Beyoncé, para entregar el especial ramo. Mientras bailaba, para sorpresa de todos, el ramo se dividió en dos, y pudo hacer entrega de las dos partes a dos personas muy especiales.
Después los novios abrieron el baile con una balada heavy, la música que hacia un tiempo les había unido, y cuando parecía que se estaba acabando, Meritxell sorprendió a Jaume con una coreografía sorpresa con la ayuda de sus amigas. ¡Fue de lo más original
Finalmente, el baile continuó con los invitados muy animados, y una vez acabado la fiesta en la masía, los más jóvenes cogieron un autocar para ir a una discoteca de Barcelona, ¡dónde causaron furor!
Los novios acabaron agotados en un hotel del centro de la misma ciudad, ya que al cabo de unas horas se dirigirían a Nueva York para empezar el viaje de su feliz matrimonio.
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