La boda de Iván y Desi en Oviedo, Asturias

El día de nuestra boda

Hace 15 días de nuestra boda y aún me dura esa sonrisa en la cara de oreja a oreja, la misma que me hizo entrar pisando fuerte en la iglesia e ir a dar ese Sí, quiero al hombre que amo. Y nos llovió, pero no importó porque me sentí tan arropada por nuestra gente que no necesitamos más para que fuese un día maravilloso. Hubo contratiempos que se quedarán en simples anécdotas, pero hubo recuerdos preciosos que quedarán para siempre en la memoria y en el corazón. Una ceremonia íntima, cercana y bonita acompañada por nuestro coro a la perfección y que nos dejó un momento único con la interpretación del Ave María.

Un banquete para disfrutar, tanto de la comida como de cada uno de los detalles que preparamos nosotros y nuestros proveedores, que solo tengo palabras de agradecimiento para ellos. Y una fiesta increíble, con bailes, risas, abrazos y, sobre todo, ese vínculo tan bonito entre amigos y nosotros.

Disfrutamos al máximo de principio a fin, desde la peluquería, pasando por la ayuda al vestirme con dos de mis mejores amigas, la llegada a la Catedral en el coche precioso clásico, la entrada del brazo de mi padre y verle allí esperándome, la ceremonia, ese vivan los novios, las fotos, el pincheo, la entrada al salón dándolo todo con Hombres G, la comida, la tarta con la preciosa versión de Lucie Silvas de Nothing else matters, el brindis, ese Bailar Pegados que enamoró y todas y cada una de las notas musicales que nos acompañaron durante ese tributo a los 80, ese baile juego de Grease.... ¡Todo de 10! Volvería a repetir ese día una y otra vez. ¡Como decía nuestro sitting, ¡fue un día de película!