La boda de Isabel y David en Cádiz, Cádiz

El día de mi boda me desperté a las 9 y media muy tranquila y me duché porque la peluquera venía a las 10 a ponerme los rulos. Después de eso desayuné y pase el día tranquila. Mi madre fue a por mi ramo de novia que me encantó. A las dos la casa se llenó de gente porque vivieron los fotógrafos, videógrafos y la peluquera y comenzaron todos a hacer su trabajo. No me explico lo que pasó para que al final yo llegase tarde a la iglesia, 17 minutos tarde exactamente. Esos minutos fueron los únicos que estuve nerviosa porque no quería retrasarme tanto, pero a partir de mi llegada todo fue magia.

Al llegar a la iglesia me recibieron mis hijos para abrirme el coche y estaban espectaculares con sus chaqués. El cura me recibió en la puerta para reñirme pero en lugar de eso, acabó dandome un gran abrazo y un beso. Puse el pie dentro de la iglesia y comenzó la marcha nupcial. Yo creo que no caminé sino que floté hacia el altar. Era un sueño hecho realidad, por fin me casaba con el padre de mis hijos y el amor de mi vida que estaba guapísimo y sonriente.

La ceremonia fue corta y preciosa pero apenas nos pudimos hacer fotos después en el altar ya que me había retrasado y había otra boda a las 6.

A nuestra salida arroz, pétalos, confeti y hasta billetes (de mentira, jajaja), precioso. Saludamos rápidamente a parte de nuestros invitados y nos marchamos para hacernos las fotos. Nos las hicimos en los alrededores de la iglesia donde nos casamos, ya que ésta se encuentra situada en unos de los barrios más tipicos de Cádiz con callejuelas pequeñas y con mucho encanto, junto a la catedral y en la playa más pequeña y coqueta de Cadiz: "La Caleta".

Al llegar al restaurante hacia pocos minutos que había comenzado el cóctel y ya pudimos saludar a todos nuestros invitados como se merecían. La entrada al salón fué muy emocionante, tanto que derramé en ese momento las primeras lágrimas del día. El pianista tocaba "Halo" de Beyoncé. Todos de pie aplaudiendo y la mayoría lloraban de emoción, UN MOMENTAZO.

La cena transcurrió tranquila, amenizada por el pianista y con muchas risas porque la gente estaba muy animada. Después repartimos los regalos y recibió David un regalo de sus primas que le hizo emocionarse mucho. Repartimos los regalos y después le di a mi madre mi ramo de novia. En realidad no era para ella sino que en el ramo llevaba atada la cruz que mi padre siempre llevó puesta y quise que ese día de alguna manera estuviera conmigo acompañándome también al altar, así que el ramo se lo di a mi madre porque ella sabía que yo quería ponerlo junto a la foto de mi padre en casa. Fue un momento llorera que ya os podéis imaginar.

Abrimos el baile de novios con la "Bachata Rosa" de Juan Luis Guerra, a todos les gustó mucho. A continuación nos proyectaron un vídeo editado ese mismo día con las imágenes grabadas mientras nos arreglábamos. Nada más comenzar salían nuestros hijos dedicándonos unas palabras, como os podéis imaginar David y yo llorábamos y reíamos a la vez que es lo más bonito que te puede pasar en un día así y el resto de los invitados creo que también lloraban a moco tendido, jajaja.

Comenzó el baile y eso ya fue un despiporre, todo el mundo animadísimo, nosotros los novios los primeros, disfrazados, riendo, bailando...

En resumen, un día lleno de felicidad en el que David y yo no pudimos para de sonreír y emocionarnos con tantos sentimientos tan intensos.

Gracias a todas por leer mi crónica y por haberme acompañado en esta aventura de nuestra boda.

Besos