La boda de Irene y Gregorio en Martos, Jaén
De noche Verano Rosa 4 profesionales
I&G
17 Jun, 2017El día de nuestra boda
El día de mi boda, pues qué voy a decir del día de mi boda, lo que diría cualquier novia y que se de sobra que suena a tópico, ¡pero sin duda alguna puedo decir que fue el mejor día de nuestras vidas! La verdad que no solo fue un día fueron meses de preparación, emociones, ilusiones… Con la sensación de que nos moríamos de ganas de que llegase el día, pero a la vez con mucha pena de que se fuera a "acabar" todo.
El viernes comenzaron a llegar familia y amigos a mi pueblo natal. Con mucha emoción y todo el mundo muy muy feliz, hicimos una preboda el viernes, como era de esperar algunos la cogieron con ganas y a las 5 de la mañana seguían mandando vídeos cantando y bailando... La verdad que el viernes vino muy bien para rebajar los nervios e ir recibiendo a la gente poquito a poco.
¡Y llegó el gran día! Aproveché el sábado por la mañana para ir a visitar al cura que nos casaba, que es un amigo de la familia, y confesarme. La verdad que me encantó echar un ratito de charla con él y sobre todo me encanto que parte de lo hablado, de cómo era mi relación con Greg, lo metió en la homilía, una homilía cargada de sentimiento y emociones.
Seguir leyendo »Después sin darte cuenta estás corriendo un maratón: peluquería, maquillaje, etc., y en abrir y cerrar de ojos estas poniéndote el vestido más importante de tu vida y un címulo de emociones se apodera de ti. Un momento muy emocionante y divertido es el momento de vestirte cuando tu familia está dando vueltas por la casa a medio vestir y el fotógrafo ya ha llegado y todo el mundo está nervioso que parece no encontrar nada de lo que buscan.
Empecé a vestirme con la ayuda de mi hermana y mi madre, y poco a poco empezaron a llegar mis amigas cercanas un momento muy especial y único. Pero aún lo mejor estaba por venir... Llegar a la iglesia. Con anécdota incluida ya que se me estropeó el coche y nos dejó tirados en una cuesta subiendo a la iglesia y mi padre y yo nos tuvimos que cambiar de coche e irnos con unos invitados que venían justo detrás, la verdad que nos echamos unas buenas risas.
Y parece que el tiempo se para por un momento, el momento en el que se recorre el pasillo y no puede haber mejor persona en el mundo esperando que el que sea tu futuro marido. Entre alegría y lágrimas de felicidad me acerque a él, que me limpió con su mano y me dio el beso más tierno que se puede dar. Y ahí estábamos los dos sentados frente al altar esperando a que el momento más importante de nuestras vidas empezara, cogidos de la mano y con una sonrisa de oreja a oreja nos convertimos en marido y mujer.
Y ya no me “enrollo” más, el resto pues más y mejor. Más de 12 horas de diversión que se pasaron volando, pero en las que disfrutamos de cada instante y que repetiría sin dudar todos los días de mi vida. Solo espero que todas las que lo estéis leyendo tengáis un día tan feliz como el mío y que os dejéis llevar, que no hay nada mejor en una boda que ver a los novios disfrutar y felices, ¡es la clave para tener una boda de 10!
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