La boda de Iñaki y Alicia en Mombeltran, Ávila

El día de nuestra boda

A eso de las 07:30 de la mañana nos despertó la lluvia que se colaba por la puerta del balcón, no podíamos creer cómo podía cambiar tanto el tiempo de un día para otro; la tarde de antes 38 grados a la sombra, y en nuestro día va y amanece lloviendo. Pero como quien no se consuela es porque no quiere, decidimos cambiar el chip y recordar ese refrán que dice: “Novia lluviosa, novia dichosa”, y empezar el día con una gran sonrisa.

Compramos unos churros para desayunar y fui a la peluquería. Cuando salí a la calle, a eso de las 12:00, vi un rayo de sol que se abría paso entre las nubes y pensé que al final el tiempo nos iba a acompañar. Así fue, lució un sol espectacular con la temperatura perfecta y después de unas horas, al final, llegó nuestro momento.

En cuanto entré en la iglesia y vi al que ahora es mi marido, me di cuenta de que todo era real, por fin nos íbamos a casar. Aunque el cura se extendió un poco, (para qué vamos a mentir), fue todo muy bonito, sobre todo cuando mi tía dijo unas palabras por su padre y por mis abuelas; entre la emoción de lo que dijo y la música que sonaba de fondo, fue precioso.