La boda de Genma y Enric en Sant Hilari Sacalm, Girona
Rústicas Primavera Morado 1 profesionales
G&E
22 Mar, 2014El día de nuestra boda
Llegó el gran día, mis nervios parecían haberse esfumado, cosa que Enric no podía decir. Nos levantamos a las 6:30 am y yo amanecí con conjuntivitis alérgica. El camino era largo, hora y media de carretera nos esperaban. Salimos de Sant Joan Despí a las 7:30 am con Ramón –testigo-, Helena -su pareja- y Alberto -mi padre- y llegamos al Ayuntamiento de Sant Hilari a las 9:30 para firmar los papeles de rutina.
Había quedado a las 10 con la peluquera en el Vilar, pero eran las 10:30 y no llegaba, con lo cual llamé a recepción un poco histérica y me dijeron que la peluquera me estaba esperando en un salón que habían reservado, cosa que nadie me avisó. Y ahí comenzó el retraso. Enric estaba en la misma habitación viéndolo todo, no quisimos ser tradicionales, eso con nosotros no va.
La ceremonia y el aperitivo serían fuera, pero justo ese día las nubes negras se antojaron de acompañarnos y cuando estaban montando todo fuera cayeron algunas gotas que hicieron que el plan cambiara al plan B -dentro-. Fue una lástima ya que era lo que más quería, pero escapó de las manos de todos.
Seguir leyendo »Cuando Enric estuvo listo salió y yo me quedé terminando de arreglarme. Llamaron a la habitación para entregarme el ramo, en ese momento los nervios me invadieron. Enric volvió y me ayudó a ponerme el vestido y luego se fue definitivamente a esperarme. Me maquillé y al poco rato llegó mi padre a la habitación, se emocionó e hizo que me saltaran dos lágrimas -tenía 3 años sin verle y vino desde Venezuela para compartir conmigo este día-.
Salimos dispuestos a disfrutar del momento y no llorar, pero cuando entramos en el salón donde todos nos esperaban y comenzó a sonar la canción “Venezuela”, que mis amigos Angelina y Juan Carlos nos interpretaron en mandolina y cuatro, y miré a Enric llorar como nunca lo había visto, no aguanté, y la emoción y tensión acumuladas salieron sin más. Fue un momento muy emotivo entre familia y amigos muy cercanos, casi hermanos, que no olvidaremos jamás.
Comenzó la ceremonia y Jacint, el juez de paz, comenzó su discurso vivaz y alegre que nos sacó la sonrisa a todos. Llegado el momento llamó a quien quisiera expresarse de alguna manera a que lo hiciera en ese momento, fue el instante en el que miré a mi padre y le di la señal, se levantó y se dispuso a cantar "Cuando a mi lado estás" de Ricardo Montaner, una canción que habíamos preparado para Enric de mi parte. Enric me miró con cara de asombro.
Luego llegó el momento de que nos tomaran por sorpresa a los dos; Ramón, Víctor, Jordi, Carles, compañeros de Enric desde la guardería, y mi cuñado Albert se levantaron. Fue Ramón quien leyó un discurso que habían preparado todos para los dos, en el que recordaron cuando nos conocimos por internet y como comenzó nuestra historia un poco extraña y alocada, por supuesto, nos hicieron llorar. Angelina y Juan también nos dieron su regalo musical, “Boig per tu”. Así, entre lágrimas y risas terminó la ceremonia y nos dispusimos a aprovechar el día al máximo.
Nos hicimos unas cuantas fotos y bajamos al jardín, donde lograron organizar y disponer todo para el aperitivo. Un menú exquisito, en el cual incluimos tequeños, arepas y empanadas venezolanas que no podían faltar. Compartimos, nos hicimos fotos, se hicieron fotos con la Polaroid para pegar y firmar el libro de recuerdo, pusieron sus huellas en el árbol y cogieron la mermelada hecha por nosotros dos.
Nosotros nos perdimos un ratito entre el bosque y los rincones que este espectacular sitio te regala para hacernos unas cuantas fotos más, mientras los invitados se dirigían al salón donde sería la comida. Barbacoa variada, patatas al caliu, tempura de verduras y luego el pastel, delicioso y con dos buhitos muy graciosos que hice yo. Luego… ¡Fiesta! No bailamos el típico vals, bailamos "Que tinguem sort" de Lluís Llach y, obviamente, lloramos.
Como todo era entre amigos, la vergüenza se fue a tomar viento y hasta quienes menos pensé terminaron haciendo la conga. Quienes no se quedaban a dormir se fueron y los demás nos dispusimos a cenar en el buffet. Luego de cenar organizamos un karaoke en el cual tuvimos a Juan Gabriel, Raphael, Mecano, Joan Manuel Serrat y hasta el Puma, disfrutamos hasta más no poder.
Al día siguiente desayunamos quienes tuvimos alma para levantarnos y disfrutamos de la piscina, el jacuzzi y la sauna, los animales de la granja y de los múltiples senderos que conducen a las diversas fuentes que caracterizan a este pueblo apodado "el pueblo de las mil fuentes".
A medida que iba pasando el día, se despedían quienes tenían cosas por hacer o simplemente no podían más con el cansancio. Nosotros, mis padres, mis cuñados y una pareja de amigos, entre el futbolín y el pingpong, nos despedimos a las 4 pm. Y así concluyó el fin de semana más agotador, pero el más completo, feliz e inolvidable de nuestras vidas. ¡Simplemente mágico! ¡Gracias a todos los que hicieron este gran día posible!
P.D: El fin de semana siguiente volvimos al pueblo, a conocer a la florista y agradecerle su hermoso trabajo, pasamos a saludar a la peluquera y volvimos al Vilar por cosas que nos faltaron, a saludar y a seguir con el pingpong.
Servicios y Profesionales de la Boda de Genma y Enric
Otras bodas en Girona
Ver todas
Inspírate con estas bodas
12 comentarios
Deja tu comentario