La boda de Fran y Miriam en Archena, Murcia

Mientras tanto mi padre llamó a la iglesia para consultar si podíamos al terminar la ceremonia en la plaza de la iglesia, hacer un cáterin al aire libre en el que simplemente se colocaría a los asistentes a más de 1,5 metros de distancia, se repartirían unas copas de usar y tirar, se repartiría sidra y champán, para brindar, luego se recogería todos los desechos y se guardarían todas las medidas de higiene y seguridad estrictamente. Finalmente, mi padre también consiguió el permiso por parte de la iglesia.

Cuando llegó el día, evidentemente nosotros no sabíamos nada de lo allí iba a ocurrir, y fue toda una sorpresa cargada de emoción.

Llegar a la iglesia y ver a casi todos mis amigos, y familiares, no me lo podía creer, estábamos en confinamiento perimetral, pero todos los que vivían en nuestro pueblo y los de los pueblos de alrededor que no estaban confinados asistieron sin dudarlo. Mi familia y sobre todo mi abuela, mis otros dos abuelos estaban muy mayores y lo vieron desde casa, pero la sorpresa fue máxima, todo un entorno idílico para dar el sí, quiero rodeados de familiares y amigos.

Pero cuando salimos y vimos lo que mis padres habían preparado fue más increíble, tuvimos arroz, un precioso brindis con todos y unas increíbles palabras de todos y cada uno de nuestros amigos, incluso consiguieron que nuestros fotógrafos de boda vinieran a inmortalizar aquel increíble momento.

Esa noche pudimos celebrarlo con nuestros padres, hermanos y testigos solamente, pero fue tan especial y bonito que nunca lo olvidaremos.

Aun así, nosotros no queríamos sacrificar la supercelebración que con tanto tiempo y dedicación habíamos preparado durante 2 años, ¡con lo que 1 año después repetimos! Para poder celebrar con todos.

En esta ocasión lo teníamos todo, estaba el traje del novio, mi vestido (ahora sí el elegido al inicio), todos nuestros invitados y todos los detalles que habíamos preparado con tanta ilusión para que todos pasasen uno de los días más divertidos de sus vidas, sobre todo después de la pandemia que habíamos vivido.

La boda completa fue en una finca increíble de la que nos enamoramos desde el primer día que decidimos darnos el sí, quiero, y ellos nos ayudaron en todo para que todo fuera superespecial.