La boda de Esteban y Melanny en Alacant/alicante, Alicante

Desde un principio le dije que no quería unos vestidos de comunión, sin ofender claro. Nuestros vestidos debían poder utilizarse en otras ocasiones, no para meterlos en el armario y que guarden polvo. Mi vestido: un jumpsuit negro con escote delante y detrás, con una hermosa cola y un fajín de flores deshidratadas. Diferente, atrevido, único, elegante y de alta costura, nada convencional. El de las peques: los dos en color marfil con fajín de flores deshidratas, uno entero cruzado en la espalda y pomposo y el otro un dos piezas, crop top y falda pomposa. Diferentes, únicos, personales, estilosos y sin duda unas damitas de honor hermosas.

Bueno, ahora llega el turno del ramo, mi wedding planner me llevó al Taller de la flor, donde supo hacer realidad lo que mi cabeza imaginaba. Un ramo con rosas de colores: azul, rosa, lila (estos tres colores tenían su tono claro y el oscuro), amarillo, naranja, blanco y negro. Todas ellas fueron tratadas para que el ramo dure en el transcurso de los años, el ramo es tan colorido y hermoso que mis amigas querían que lo tirara y ni de broma, ese ramo es para mi hija, decida o no decida casarse. Me decoró la cestita de los anillos que adquirí en la tienda de Mercedes Madrid Novias.

Contratamos a Rebeca, una artista haciendo cuadros de huellas, fue verlo y morir de amor. Dibujó nuestra silueta subida en un tándem (nos encanta ir en bici, son nuestro medio de transporte) y nuestra hija sostenía unas cuerdas donde los invitados debían colocar su huella y así formar un globo de colores ¡Hermoso!

Añadiré fotos para que no perdáis los detalles que os doy. A todo esto, conocí a la que es una de sus manos derechas, Mari Carmen, una mujer espectacular, simpática. Realmente todo el equipo que nos ayudó, son personas maravillosas, el amor con el que nos trataron dice mucho de lo profesionales que son. A lo que iba, Mari Carmen se dedica junto a su esposo a captar cada mirada, cada risa, cada lágrima. Como los llamo cariñosamente, nuestro gran hermano particular. Estamos ansiosos de ver el resultado de las fotos y el vídeo que nos realizaron del día de nuestro enlace. Para todo lo demás Aliexpress, los recuerditos los compramos por esta app que se encuentra por la web. Los vimos y dijimos: "estos". La famosa parejita Mario Bros y la princesa Peach fueron los elegidos. Si algo normal en una boda, como el vestido de la novia. Como decía antes, diferente, único y atrevido es lo que nos define. En el restaurante hicimos la ceremonia de la vela, ya que en el ayuntamiento es bastante soso y decidimos comprar dos velas (rey y reina del ajedrez) que eran para unirlas en una, y la que uniría las llamas que es una manzana. Somos muy fitness, no podía faltar la manzana.

El restaurante que elegimos (no daré nombre porque también tuvo sus cosas buenas y un mal día lo tiene cualquiera) y su comida espectacular, era perfecto para nosotros, aunque el día del convite tuvimos ciertos problemillas de los cuales decides que no volverás. Me quedo con lo bueno de ese sitio, su comida de autor bien cuidada y sabrosa, lugar mágico y especial.

Bueno, me olvidaba, Cadillac classic descapotable en color rojo. Mi sobrina era la que más emocionada estaba, solo me decía: "soy tan feliz es el mejor día de mi vida no puedo dejar de sonreír". Nos sentíamos de la realeza. El dueño del coche demasiado puntual, un profesional, muy amable, nos paseó por todo Alicante.

Ahora os contaré el día de la boda. Cero nervios, mucho calor y con ganas de que fueran las siete de la tarde. Vinieron a realizar el vídeo arreglándonos y Mercedes se encargó de ayudarnos a vestir. Nos vinieron a recoger y tuvimos que parar por la zona del puerto ya que íbamos con mucho tiempo de ventaja. La gente nos pedía fotos, nos sentíamos como famosas. Y mis niñas como super modelos posando para las cámaras.

Llegó la hora y fuimos para el ayuntamiento (mis nervios todavía no asomaban) y la novia de antes iba con quince minutos de retraso, me quería morir, yo ya quería ver a mi chico. Tuvimos que dar otro paseo y por fin llegó el momento, amigos y familiares me estaban esperando. Fue bajar del coche y me temblaba todo, menos mal que llevaba gafas de sol (sí, gafas de sol) que me disimulaban un poco esos nervios tan feos que me dieron, pero se me pasaron enseguida ya que mis nervios eran más porque todo el mundo se me quedó mirando. Subimos al salón donde mi padre me tenía que dar a mi hermana mayor. Empezó a sonar Thousand years de Christina Perri y como no, mi hermana empezó a llorar y yo burlándome de que se puso sentimental, dije "bah tampoco es para tanto". Cuando me coloqué para salir y lo vi, mejor cambio de tema que lloro, los nervios pasaron a otro nivel, lloraba y reía al mismo tiempo y casi corro hacia él, menos mal que le dije a las niñas que caminaran despacio y yo me olvidé totalmente de todo lo ensayado. Lo que sentí no soy capaz de transmitirlo, fue tan hermoso, iba más guapo y me estaba esperando, ahí con su sonrisa, con todo su amor (que cursi de verdad) menos mal que no queríamos hacer nada. Mi niña estaba ahí en primera fila sin perderse ni un detalle y ver a sus papás felices es el mejor regalo que le puedes dar a tus hijos. Todas mis amigas lloraron como magdalenas, las escucho en los vídeos que me han pasado por Whatsapp y me llena de felicidad que mis seres queridos sientan lo que pudimos sentir en ese momento.

Salimos y nos tiraron pétalos de colores que también compramos en Aliexpress, y mis queridas niñas encontraron una bolsa de arroz y nos acribillaron. No queríamos arroz, ya que el hecho de tirar comida no nos gusta, pero eso a los invitados les dio igual.

En el restaurante terminaron de ensuciar los vestidos, mi hija antes de llegar ya se había caído y roto el fajín, que oportuna, dieron volteretas, corrieron, jugaron, se mancharon, de marfil se convirtieron en negro.

Llegó el momento del baile, mi esposo, nuestra hija y yo teníamos preparado un super baile. Bailamos una bachata de Luis Fonsi ft. Juan Luis guerra titulada Llegaste tú, hermosa, la recomiendo escuchar. Luego se rebobinaba y aparecía Miley en actitud chula a prepararse hasta que yo me pusiera las zapatillas y me quitara la cola. Bailamos un remix de Silento - Watch me y todo el mundo se quedó alucinado, lo hizo espectacular, una máquina y eso que lo practicamos cuatro días antes. Junto al momento en que lo vi esperándome, el bailar con mi hija fue uno de los momentos inolvidables de la boda. De la tarta no hablé. Nos la hizo mi suegra de fondant, bizcocho y dulce de leche (muy fitness), un árbol con hojas de colores cayéndose, rosas de colores arriba y en el centro (Aliexpress también) la silueta en negro de nosotros besándonos y yo pasándole el ramo a nuestra hija.

A los recuerditos los llenamos de chocolate, riquísimos. Todo fue espectacular, nuestra wedding planner estuvo pendiente de todo, se sentaron con nosotros ella y su equipo, ya que cada uno se podía sentar donde quisiera las mesas estaban situadas en forma de U. Aunque al principio les dio cosa ya que lo normal es que se sienten los familiares, pero en nuestra boda estaban prohibidos los protocolos.

Y las invitaciones fueron vía Whatsapp y lo que nos constó que saliera bien, cuatro veces las repetimos. Pero mi hija es una profesional. Mi boda perfecta: casarme con el amor de mi vida. Y que nuestra hija fuera partícipe de ello.