La boda de Enrique y Silvia en Chiva, Valencia

Y de repente empezó a sonar música desde la calle, era una sorpresa de mis padres, habían traído una charanga, sin palabras.

Después de disfrutar de toda la familia y amigos, llegó el gran momento de irnos, un poco difícil subir al coche y eso que era grande.

Cuando llegué al salón y vi a todo el mundo con los globos y sus deseos me llené de alegría, pero cuando vi a Kike allí, esperándome, ya me llenó de ilusión. Mis amigas detrás de mí colocando el vestido y el velo, qué momento tan bonito, y por fin agarrada del brazo de mi padre nos pusimos a andar por la pasarela. Recuerdo el abrazo de mi padre y Kike y un beso entre nosotros de cariño.

Fue una ceremonia civil emotiva porque nos casaba un amigo y la habíamos escrito nosotros. Salió hablar mi suegra, mi cuñado, una tía de kike y mi hermano y cuñada, qué momentazo. Nos quedamos sin palabras. Leímos los votos e hicimos la ceremonia del árbol. Todo salía redondo. Al acabar vino el concejal para leernos los artículos y firmar, ahí estaba mi grades amigos como testigos Cris y Jona.

Tocaba salir y llenarnos de arroz, confeti, pétalos... ¡que emoción!

Aprovechamos para hacernos unas fotos por el jardín y el salón y acudimos al cóctel. Todo perfecto, la gente disfrutaba y eso era algo que nos preocupaba, pero lo estábamos consiguiendo. Mis amigas me prepararon un video muy divertido y me regalaron una liga con la inicial de todas.

Nuestra entrada al salón fue muy divertida, entramos con gafas de sol y bailando a tope, seguido brindamos y empezó la cena y muchas sorpresas.

Todo estaba decorado y personalizado como nosotros queríamos, la gente estaba sorprendida y eso me llenaba de orgullo.

Di el ramo a mi amiga Cris, fue un momento mágico que nunca olvidaremos las dos. Le puse una canción que sabía que le encantaba, ella me dio un abrazo eterno, estaba muy nerviosa y no paraba de temblar.

Mi hermano me compuso una canción que hablaba de nosotros y un video, qué decir de esto...

Y, por fin, nuestro baile, que nos dio muchos dolores de cabeza porque queríamos sorprender, y salió, pensaba que estaría muy nerviosa, pero no. Era como si hubiera desaparecido todo el mundo y solo estuviéramos los dos. Dejamos bengalas con formas de mariposa para que iluminaran el baile.

Ahora tocaba disfrutar de la discomóvil y de toda nuestra gente. Pusimos un buffet de chuches y mogollón de cosas para el photocall.

Estuve muy tranquila y disfrute como nunca. Ha sido el día más bonito de nuestras vidas.