La boda de Enique y Patricia en Lloret De Mar, Girona
Vintage Verano Rosa 6 profesionales
E&P
12 Jul, 2014El día de nuestra boda
La noche previa a la boda la pasamos de copas, con amigos y familia, en un chiringuito de la Playa Fenals de Lloret de Mar. La verdad que fue una gran idea para tranquilizarnos, reírnos y ayudarnos a dormir mejor en una noche de nervios y la primera separados en mucho tiempo.
El día de la boda me desperté y desayuné con mi familia (poco la verdad, tenía el estómago cerrado), luego una duchita y camino a la peluquería Vero.Styl, con la que repetiría una y mil veces sin dudarlo. Durante todo el día las peluqueras me atyendieron a mi y a mis invitadas y nos dejaron estupendas, peinado y maquillaje.
Luego, cogimos mi vestido de novia de la firma Franc Sarabia y nos dirigimos a la habitación que teníamos reservada en el hotel donde haríamos la celebración. Un lugar espectacular con un trato y una exquisitez inigualable, el Hotel Rigat Park and Spa. Sin duda, gracias a ellos el día fue muchísimo mejor que ni en nuestros mejores sueños.
A la habitación llegaron los chicos de Fotoclip e hicieron unas fotos espectaculares, naturales y con mucha luz.
Seguir leyendo »Fue un momento muy especial, verme vestida de novia, con todos los complementos. La coronita de El tocados de la novia, los zapatos de Enepe y los pendientes de Swarovski.
Era la primera vez que mi hermano y mi padre veían el vestido, fue realmente preocioso. En Cataluña, es tradición que el hermano de la novia le lleve el ramo y le lea un escrito que ha hecho él. Fue escuchar "hermana" y ya no podía parar de llorar, menos mal que aguantó el maquillaje y que a partir de ese momento nos relajamos todos un poco.
Hacia las 19,30 me dirigí, con mi padre que conducía el coche, a la Ermita de Santa Cristina. Estaba preciosa, decorada con hortensias blancas, lilas y rosas. Los bancos cerrados con tul y hortensias para hacer un pasillo perfecto junto con la alfombra. Todas las flores perciosas, gracias a Roser de Flors L'Espina. decoración de la Ermita, mi ramo de peonías blancas y los centros de mesa superaron las expectativas. Quedó perfecto, al lado del mediterráneo, una ermita con barcos en las paredes, todo muy marinero y acogedor. Allí estaba ya mi marido, hablando con los invitados y como un flan. Ya se habían repartido unos pai-pai que habíamos hecho con los skylines de Barcelona y Madrid y con una frase por detrás: "Hoy dos familias se convierten en una. Escoge un asiento, no un lado".
Después de una ceremonia emotiva -con música de órgano en directo y una soprano- y con tintes futbolísticos, por nuestra afición y por mi profesión, nos dirigimos al lugar del cóctel y la cena, el Hotel Rigat Park and Spa. Mientras los invitados empezaron con el cóctel, nosotros nos hicimos unas fotos en la ermita y en los jardines del hotel, los tienen cuidadísimos, con flores preciosas y unas vistas increíbles al mar, en primera línea.
Una vez acabamos, nos dirigimos a la zona de la piscina. Los invitados ya habían recogido las fotos con los mensajes que les habíamos escrito y ya estaban degustando los aperitivos. Hicimos un brindis con el cava Millesime y empezamos a hacernos fotos con los invitados. Pese a que nos guardaron una mesa con los aperitivos, no pudimos probar gran cosa, ante todo los invitados que nos acompañaban y querían estar con nosotros... Eso sí, todo estaba riquísimo, todo el mundo lo repetía. El cóctel estuvo amenizado por un dúo de jazz en directo y con una barra de mojitos.
Subimos al salón con vistas al mar y con toda una pared descubierta para cenar. Ya estaba todo distribuído, hasta los detalles (hicmos unas bolsitas con botecitos de botánicos para los gintonics). La cena espectacular. De primero una concha de melón cantaloup con langostinos, de segundo un dúo de solomillos con salsas y de postre un biscuit glacé con dúo de salsas. Además de una tarta de bodas original, de fruta. Todo recién hecho en las cocinas del hotel.
Tengo que decir que el Hotel Rigat, y su equipo, nos dio todas las facilidades para todo lo que queríamos. Como por ejemplo en el momento del baile. Cuando ya se sirvieron las copas de después de la cena en el salón, nosotros nos bajamos a la zona de la piscina y allí hicimos el baile nupcial. La canción Unchained Melody (BSO Ghost) fue un momento especial, con todo el mundo aomado mirando como bailábamos, las luces de la piscina cabiando de color y los farolillos de velas adornando toda la zona.
Después de tanto romanticismo, tocaba la hora de la "juerga". Fuimos todos a la discoteca del hotel, sí sí, discoteca que es como un barco pirata llamado El Corsario. Allí sonó la música hasta altas horas de la madrugada. En la sala contigua, además de sofás pusimos una candy bar y un mueble-escritorio antiguo para que lso invitados nos escribieran mensajes. Hicimos unas postales con fotos nuestras en Madrid y Barcelona (de donde somos) y cuando acababan las metían en un baúl pequeño, todo con un toque muy vintage, que pegaba con el hotel a la perfección.
Cuando acabó todo, era la hora de relajarnos ya como marido y mujer. Nos esperaba una botella de cava rosado, jamón y zumo en la habitación. Abrimos el balcón con vistas al mar y allí nos dimos ese homenaje antes de descansar.
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