La boda de Eloy y Carolina en Totana, Murcia
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21 Nov, 2015El día de nuestra boda
Todo el mundo nos decía que el día de tu boda, es el día más feliz de tu vida, pues bien, ahora puedo decir que ¡no exageraban! Los meses de preparativos fueron muy especiales, todos los amigos y familiares nos ayudaron muchísimo, de hecho, la mayoría tuvo su gran papel en nuestra boda. Empezando por mis primas que se ofrecieron para oficiar la ceremonia, peinarme y maquillarme, mis tíos de fotógrafos y videógrafos, mi madrina que nos hizo el cojín para las alianzas, los alfileres, las chuches de los peques, etc.
Nos casamos por lo civil el jueves 14/05/2015, lo celebramos con los más allegados con una buena comida y después de comer fuimos a la agencia de viajes a recoger toda la documentación para la luna de miel. El viernes preparamos todo para irnos al hotel donde celebraríamos la boda durante todo el fin de semana.
Nos pusieron una suite preciosa con vistas al jardín, yo estaba preocupada porque el novio no viera el vestido, pero cuando vi el pedazo de vestidor que tenía me puse muy contenta. Esa noche empezó a llegar la familia de fuera, estuvimos de cena y cachondeo en el balcón de la suite, hasta que mi suegra dijo; "vámonos que mañana hay que madrugar y los novios tienen que descansar".
Seguir leyendo »Dormimos súper bien, nada de nervios. Cuando sonó el despertador el sábado 16/05/2015 eché al novio de la habitación y lo mandé a la de sus padres.
Al rato empezó a venir cada vez más familia a la suite, primero mi prima me peinó y mi tío empezó a hacerme fotos a mí y a todo el que pasaba por allí, teníamos un photocall precioso, que era el cabecero de la cama, todo el mundo combinaba con él. Hasta aquí los nervios los llevaba mejor de lo que imaginaba, pero de repente a la hora de maquillarme empezó a venir más y más gente que quería ver a la novia y empecé a atacarme con el follón que había, así que mi madre tuvo que pedirle a la mayoría que se salieran fuera y entonces volvió la paz .
Ahora venía el momento vestido, en un principio me estaba vistiendo mi madre y mi tía pero hacían falta más manos y tuvimos que pedir otro refuerzo, a mi madrina. Hasta que consiguieron abrocharme el vestido nos reímos un montón. Aquí fue donde empecé a ponerme otra vez un poco nerviosa, y es que las canciones que habíamos elegido para crear ambiente en la ceremonia, empezaron a sonar y yo estaba impaciente por bajar.
Una vez abajo cuando vi toda la decoración, con mi alfombra y flores lilas que tanto me gustaban empecé a sonreír y mientras avanzaba con mi padre y mis niñas de los pétalos sentí que todo era como un sueño, la gente nos piropeaba y no podíamos parar de reírnos. El novio estaba espectacular, hacía un día precioso, que más podía pedir.
Pues me sorprendí porque las palabras que nos dedicaron en la ceremonia fueron tan especiales, sabíamos que la gente nos quería, pero no tanto. Consiguieron que me emocionara y eso que yo soy muy dura de pelar. Entre una de ellas, mi hermanica, que no podía ni hablar y Eloy le decía "quita las cebollas de debajo de la mesa" para que nos relajáramos un poco.
Mi dama de honor tenía casi 10 años y estuvo pendiente de mi en todo momento, me colocaba el vestido cada vez que me levantaba a darle besos y abrazos a todo el que participaba en la ceremonia.
De repente empezó a apretar el calor y terminando la ceremonia mi idea era que los más peques llevaran unos carteles donde ponía recién casados, vivan los novios, etc, pero la gente estaba loca por ir a beber algo fresquito y después de felicitarnos desapareció , aprovechamos para hacernos fotos con los padres. En la recepción del cóctel resulta que habíamos preparado un par de cartuchos de confeti y al principio no salió nada, así que empezamos a reírnos y de repente explotó, ¡no os imagináis cuanto!. mi pobre vestido blanco quedó multicolor , ¡eso por reírme!
La gente nos recibió muy feliz con la comida y la cervecita fresca. Eso que se dice también de que a los novios no les dejan comer, siento deciros que es cierto, yo lo intenté, pero solo sirvió para salir en las fotos con la boca llena .
A la hora de entrar al salón me emocioné al verlo todo tan bonito y la gente tan animada, comimos súper bien y más porque mi dama de honor me dio un maravilloso masaje para relajarme. También nos hicieron bailar la pelusa y besarnos mucho por supuesto.
Después mi hermana nos dio una gran sorpresa y nos dedicó una canción preciosa que nos cantó, lo hizo tan bien a pesar de los nervios, que la gente pensaba que era playback, pero no, es la mejor y lo dio todo. Le dimos un achuchón tan grande y nos lo pasamos tan bien... fue un regalazo.
Y entonces llegó el momento de la tarta... muy fuerte... Empezó a sonar nuestra canción de “Un mundo ideal” de Aladin pero el novio no estaba y yo me puse a gritar..... "¡parad la música que falta el novio!" y vi como mi madre y mi suegra empezaron a reírse..... pues bien, salió de la cocina un tigre empujando la tarta y adivinad quien era... sí, ¡el novio! No me lo podía creer, me quedé estupefacta, tuvo que venir a buscarme a la mesa... resulta que soy la loca de los gatos y claro, qué mejor manera de sorprenderme que vestirse de un gato grande . Todo el mundo empezó a acercarse a echarnos fotos con el móvil y yo estaba en mi propia nube, no podía parar de mirarlo y entre lágrimas y risas creo que corté algo de tarta, pero no estoy segura . Todo el mundo me decía.. No dirás que no te quiere... lo tienes engatusado . Luego llegó el momento del bailé, fue muy romántico y sentí como si estuviéramos los dos solos en ese momento. No somos muy bailarines así que escogimos la canción de Axel, “Te voy a amar” y nos dejamos llevar.
Para agradecer a los vips todo lo que habían hecho por nosotros, preparamos una foto con dedicatoria, del reportaje preboda que nos hizo mi tío. No se lo esperaban y les gustó mucho la sorpresa.
Luego vino el momento del ramo, yo no quería tirarlo, así que se lo entregué en mano a mi prima y su cara no tenía desperdicio, no se lo imaginaba.
Pero claro, algo tenia que tirar y como era de esperar, lancé monederos de gatos entre las féminas , el novio me ayudó porque mi puntería no es muy buena que digamos. Mi hermana nos preparó un powerpoint chulísimo con los minions incluidos, que nos gustan mucho, y estuvo súper bien, otra gran sorpresa.
De detalles de recuerdo repartimos broches de animales de la asociación contra el cáncer de mama y botellitas de licor con un vaso de chupito para ellos. Para los niños mi madrina hizo espadas con chuches, un gorrito de pirata y un parche con goma eva, y para las niñas diademas con velo y un ramito de cuches, a ellos les encantó. Ah y también hizo los alfileres para las mujeres con porcelana fría, en color lila y rosa con forma de flores.
A partir de ese momento sólo recuerdo a la gente riéndose sin parar investigando cómo funcionaba el fotomatón, y es que alguno ya iba contentillo con la barra libre. La mayoría se quedó dentro bailando y devorando el "rincón dulce" y el resto nos salimos fuera, a la zona chill out, que se estaba muy bien.
Al atardecer nos echamos las fotos para el reportaje y la verdad es que cuando nos quisimos dar cuenta se había pasado el día volando. Sacaron la recena y los churros con chocolate y los invitados aguantaron como campeones. Lo bueno que teníamos, es que al celebrarlo en un hotel, nadie nos echaba y la mayoría se quedó a dormir.
La noche terminó lanzándonos por los aires mientras cantaban ¡la novia y el novio son cojonudos! Yo pensé que caía al suelo, pero la verdad es que se portaron bien. Cuando pensábamos que ya se había acabado lo bueno, tuvimos toda una aventura para poder quitarme el vestido y cómo no, salió confeti, ¡mucho confeti! ¡por qué no pondría arroz como todo el mundo!
A la mañana siguiente bajamos a desayunar y vemos en el ascensor a parte de mi familia con su bañador y su gorrito preparados para el spa , habíamos invadido el hotel y estaban todos sentados en la sala de estar esperando su hora para bañarse, esa estampa no tuvo desperdicio, era la familia caracono en todo su esplendor!
Mientras, nosotros nos dimos un masajito 1001 noches que nos había regalado el hotel, y nos sentó de lujo. A la hora de comer nos habían preparado un saloncito con un caldero para reponer fuerzas, y claro, después había que descansar, así que volvimos a la sala de estar a contar las anécdotas de la noche anterior. Salimos del hotel sobre las 19:00 horas del domingo, desde el viernes que llegamos, y estuvimos como en casa, la gente encantada y nosotros más felices imposible.
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