La boda de Eduardo y Jessica en Alaquàs, Valencia

Cuando acabó el cóctel en el jardín, fuimos a entrar al salón y como iréis viendo durante mi crónica, nosotros no somos muy normales que digamos... Así que no entramos de manera habitual, sino que nos marcamos un baile con coreografía con la canción de Bienvenidos de Miguel Ríos. Fue espectacular y todo el mundo estaba eufórico cantando y bailando. Nada más brindar, la hermana de mi chico nos había preparado un vídeo de fotos nuestras de pequeños, cosa que nos encantó y nos emocionó muchísimo.

A lo largo de la noche, fui dando detalles a personas especiales para nosotros, como por ejemplo nuestras hermanas, mis mejores amigas, nuestros padres y varias personas especiales más, sonando una canción que nos recordaba a cada persona y entregándoselo delante de todos. Hubo momentos de risas y lágrimas, pero siempre de felicidad.

Mis amigas me habían preparado una mesa con una lámina del árbol de las huellas, jaula de los deseos y libro de firmas personalizado con fotos nuestras y, para rematar, una de mis mejores amigas había contratado a dos chicas que estaban en el pasillo del baño y retocaban maquillaje. ¡Increíble!

Nuestro baile nupcial tampoco fue normal sino un principio de vals seguido de un popurrí de canciones divertidas y conocidas y finalizado otra vez con el vals. La gente se quedó alucinada.

Y acabamos con discoteca privada que había bajo el salón hasta las 7 de la mañana. Así que, como veis, no nos aburrimos para nada.

Futuras novias, disfrutad cada momento, haced todo lo que os apetezca y haced la boda a vuestro gusto y antojo, porque es algo que no olvidaréis nunca.

¡Mucha suerte y mil besos!