La boda de David y Sonia en Aranjuez, Madrid

¡Pero madre mía! Esa semana cogí un virus estomacal, así que si hay algo de lo que no pude disfrutar, fue de la comida y la bebida, porque estaba todo delicioso y yo tenía el estómago que me daba patadas.

El día de mi boda empecé con un pequeño desayuno con mi futuro esposo, y fui a la habitación donde mi estilista Silvia empezó a maquillar y peinar a mi madre y hermana. ¡Las dejó bien guapas! Luego empezó conmigo pero lo dejó a medias para acabar en el palacio, que tenía una habitación preparada para mi.

Cuando estuve preparada salí agarrando a mi madre directa al bodorrio. Una anécdota/consejo, es que si vais a poner protectores de tacón porque hay césped, os cojáis unos con antelación, porque se me olvidó completamente ponérmelos en los zapatos, y cuando fui directa, al pisar el césped sentí que me hundía y eso que soy bajita.

Mientras sonaba David Bowie (¡Imposible casarme sin él!) me daba miedo ver a mi marido, porque sentía que verle ahí tan guapo me haría echar a llorar como una magdalena, soy una persona muy tímida, y sentía todas las miradas detrás de mi y estaba súper nerviosa y con las emociones a mil.

¡Pero fue todo maravilloso! Al final el día se me hizo súper corto, nos lo pasamos todos genial, encima abajo había una pequeña discoteca donde no paramos de bailar. La gente realmente disfruto y estuvo dando marcha, la verdad es que teníamos miedo de que se aburrieran.

¡Y nuestro fotógrafo Edgard de Bossanova Weddings nos hizo unas fotos maravillosas! Estuvo todo el día sin parar sacando cientos de recuerdos que guardo como joyas, como anécdota final, en las ultimas fotos mi marido me dio un cabezazo sin querer y me desmonto las gafas.

Fue un día que no olvidaré en la vida.