La boda de David y Natalia en León, León

Bajando las escaleras me sentía como Cenicienta, princesa total; y ahí estaba mi padrino y mi abuelo: ¡nerviosísimo! Cogimos el coche y caminito de la catedral, mi dama de honor preguntándome a cada rato cómo estaba, yo tranquila aunque con un agujerillo en el estómago. Llegamos a la catedral y resulta que habíamos llegado muy pronto, ¡ala! Y a dar vueltas en coche. Mi abuelo y mi dama, nerviosos, mi primo (el chófer) y yo riéndonos.

Cuando por fin es la hora, bajo del coche y allí estaban todos mis amigos, estaba pletórica. Entramos en la catedral, hacemos el paseíllo y cuando llegamos al altar, miro a mi ya marido (guapísimo que iba) y ¡sorpresa, no está el cura! Así que fuimos, con filosofía a hacernos fotos y a charlar con los invitados.

Llega el cura, ¡por fin! los invitados aplauden (surrealista, llegó con 10 minutos de retraso) y empieza la ceremonia. Hay que decir que el cura me dio clase en el colegio así que hizo una ceremonia súper amena y divertida. A la hora de los votos mi maridito se equivoca y en vez de decir los que habíamos preparado dice lo que aparece en la hoja que le pone el cura, yo ni caso, digo los míos, más original quedará el vídeo.

Acabada la ceremonia, salimos: arroz, confetis y un amigo gaitero tocándonos un par de canciones; inolvidable.

Hasta la hora del cóctel nos damos un paseo por nuestra ciudad, que aunque llevemos ya unos años viviendo en Madrid, siempre se echa de menos. Más fotos, más video, más risas, etc. Nunca he visto a mi chico tan guapo, en ese ratito me volví a enamorar de él.

Tenemos el cóctel a las 20.30; fantástico, una atención espléndida, la comida exquisita y todos pendientes de nosotros. Aprovechamos para hacernos las fotos de grupo, vamos picando algo y llega el momento de entrar al salón.

Habíamos elegido entrar con "Mesa que más aplauda se lleva a la chica", así que entramos dando saltos y palmas, la gente no se lo esperaba y les gustó mucho.

La cena fue una maravilla, no teníamos ninguna duda del tipo de cocina que tienen en el Parador pero siempre te queda la duda de si acertarás. Todo el mundo quedó encantado y llenos a reventar.

Entre los platos nuestros amigos nos sorprendieron varias veces. A David le cortaron la corbata y los calzoncillos para luego subastarlo todo junto con mi liga.

En el momento de la liga directamente me la quité yo (si llego a dejar a los amigos me quedo sin ropa interior) al ritmo de "Sex Bomb", momento totalmente improvisado. El ramo se lo regalé a mi dama de honor a ritmo de "En el amor todo es empezar" de Rafaella Carra con baile incluido.

A los invitados les dimos un cofre con mermelada para las mujeres, cerveza artesanal para los hombres y como teníamos personas celíacas que no podían disfrutar del candy bar les dimos unas brochetas de chuches sin gluten.

Cortamos la tarta (de atrezzo ) y comenzamos el baile con el vals Jazz Suite número 2 de Shostakovich. Inauguramos la barra libre el candy bar y ¡a disfrutar de la noche!

A las 3.30, 4.00 dimos por acabada la noche, nos tocaba disfrutar de nuestro Torreón.

Espero que os haya gustado, y que no haya sido muy larga. Besos