La boda de David y Desireé en Puerto De La Cruz, Santa Cruz de Tenerife

El día de nuestra boda

La verdad es que si tenéis nervios de acero, es lo que apremia. Yo personalmente soy una persona nerviosa y me costó sobre todo los últimos días de los preparativos.

Más aún cuando vivimos en la península y nos desplazábamos a Tenerife para cerrar todos los últimos detalles y empezar con nuestro día. Pero la verdad es que todo llegó, corriendo más o menos, pero llegamos al altar y posteriormente a la celebración, donde intentamos hacer que la gente, nuestra familia y amigos, se sintieran cómodos y disfrutaran como nosotros del momento.

Fue un día largo, pero que, sin duda, repetiría cuando tenga la oportunidad con mi esposa, bodas de plata u oro, quien sabe si continuaremos tantos años vivos, pero espero que sí porque estaremos hasta el fin de los días juntos.

Un abrazo y animo a aquellos que aun sin nervios de acero, al final todo sale bien.