La boda de Daniela y Adrian en Ciudad Real, Ciudad Real
Rústicas Primavera 2 profesionales
El 12/04/2014 1.862 0 1
D&A
12 Abr, 2014
El día de nuestra boda
Fue un día mágico, es increíble todos los consejos y opiniones que te dan personas que ya se han casado, hay de todo, desde sueños raros días previos a la boda hasta que ese día la noche de boda la pasarás por alto porque no podrás ni con tu alma. Yo no sé si es que no voy a tener suerte en mi matrimonio o qué, pero lo cierto es que yo no pasé por nada de las cosas que la gente te dice que sucederá. Amaneció el 12 de abril después de 9 horas de sueño -sin tranquilizantes, ni valerianas- y lo primero que hice fue asomarme a la ventana a ver si había salido el sol y mi sorpresa fue que me encontré con una preciosa mañana de primavera, cielo azul, sol radiante y unos estupendos 18ºC a las 9 de la mañana, ¡qué ilusión! Ya había llegado el día que tanto había estado esperando y era cuestión de horas que estuviera de camino al altar. Desayuné tres galletas María y un té Kukicha. A las 10 de la mañana ya estaba sentada en la peluquería de mi amiga María, aprendiéndome de memoria el ritual del matrimonio: "Yo te acepto a ti como esposo" y más tarde poder decírselo mirándole a los ojos y convencida de que en ese momento estaba segura del paso que estaba dando: “Hasta que la muerte nos separe”, que a simple vista parecen palabras muy simples y parte de un guión que otros han escrito para ti y para ese día, pero lo importante no es decirlas, es sentirlas y saber que estás aceptando que entre en tu vida una persona que hasta ayer era totalmente ajena y que a partir de ese momento empieza a ser tu familia es muy fuerte. Luego, cuando pasa la euforia del momento, lo piensas detenidamente y es cuando comprendes y te das cuenta de la inmensidad de esas palabras.
Seguir leyendo »Sin extenderme muchos en los detalles, después de hora y media de peluquería, a las 12 ya estaba en mi casa peinada, maquillada y lista para enfundarme en mi precioso vestido de Pronovias, modelo Ocampa, colección 2014. Entre mis damas de honor me vistieron y me pusieron todos y cada uno de los detalles porque mi madre ya tenía suficiente con ella. Luego, entre fotos, risas y regalos, llegó el momento de irnos a la iglesia mi padre y yo. ¡Qué elegante estaba mi padre y cuanta serenidad me transmitía en todo momento!, no paraba de hacerme fotos con su cámara personal, no lo podía creer, llevaba al fotógrafo dentro del coche de la novia. El momento iglesia creo que es el más emocionante. Todo el mundo esperando para ver a la novia y tú solo tienes ganas de entrar a la iglesia y de que empiece la misa ya. Aquí en este punto es cuando luego te das cuenta que empieza el camino a tu nueva vida, que dejas el brazo de tu padre para agarrarte al de tu marido, que hasta ese momento eras tú para el mundo y que en pocos minutos pasarás a ser la mujer de… y tu chico el marido de…
Nunca olvidaré la pregunta que me hizo mi padre justo antes de entrar, solo un padre puede preguntarte con los ojos vidriosos por la emoción del momento: ¿se ha hecho realidad tu sueño? Y pensé, más allá de la boda, del día y del momento en que me encontraba, "sí", mis sueños se habían hecho realidad porque estaba entrando a la iglesia del brazo de mi padre, porque en primera fila estaba sentada mi madre, porque a pesar de las personas importantes para mí que ese día no estaban presentes -por encontrarse en otro país-, Dios me había dado el regalo más grande y ni en mis mejores sueños hubiera imaginado tanta felicidad.
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