La boda de Cristo y Raquel en La Orotava, Santa Cruz de Tenerife

El día de nuestra boda

Como en toda boda en tiempos del Covid, hubo muchos nervios y sobre todo estrés hasta el par de día antes, que nos confirmaron que no podríamos celebrar el banquete, pero sí la ceremonia. Y como lo importante es estar juntos, decidimos seguir para adelante, ya habrá tiempo de fiesta.

La boda se pasó en un pestañeo, no nos podría haber tocado un párroco mejor, el Padre Joaquín, que creó una ceremonia tanto emocional como divertida: incluso hizo a los asistentes hacernos la ola, fue una pasada.

Los nervios me la jugaron un poco al principio, había escogido una canción muy emocionante con la intención del emocionar al público (drama queen), y al final la que se emocionó fui yo, que venía cargadita de nervios de esperar en el coche a que el novio hiciera la entrada.

Durante la ceremonia, tanto a los novios como a los padrinos se nos permitía estar sin mascarilla (ya que somos convivientes los 4), lo cual estuvo genial para las fotos, aunque, sinceramente, no tenía tanto drama con lo de utilizar mascarilla, incluso me hice una a juego con mi vestido, también diseñado y confeccionado por mí misma (¡con bolsillos!)