La boda de Cristina y Marc en Tarragona, Tarragona

El día de nuestra boda

¡Hola chicas!

No sé por dónde empezar. El día de mi boda fue el día más feliz de mi vida; pero antes de eso tuve unos momentos no tan felices.

Debido al enlace, llevaba un estrés horrible; preocupada porque el fotógrafo estuviera a la hora, de que el restaurante tuviera todos los detalles correctamente preparados, de ir a por mi tía que venía desde Madrid, de que mi chico tuviera su traje a punto y buscar chaleco que a última hora descubrimos –vivimos juntos- que no tenía, de ir a la peluquería a hacerme la pedicura, manicura, tratamiento facial, etc, cosas para solo peinarme y maquillarme el día de la boda, de alistar la casa porque, claro, la sección de fotos empezaba aquí y quería que todo quedase bien. En fin un sinfín de detalles el día antes del enlace, ¡sin mencionar que trabajé hasta las 16:00 pm ese día!

¿Pero, a que no sabéis de qué me olvidé? Pues de ¡ir a recoger mi vestido a la tintorería! Así que como novias que sois os podéis imaginar, la noche sin dormir y de nervios que pasé y mi ahora marido también, pobre. Claro, ante mis nervios, pequé de echarle la culpa a mi chico por dejar todo en mis manos y no quitarme algo de responsabilidad encima y etc. Pues bien, acordamos junto con mi chico y mi padre que yo iría a la ‘pelu’ a las 08:00 am y ellos estarían en la puerta de la tintorería hasta que abriera para recoger mi vestido. Y ¡sorpresa! La tintorería llevaba cerrada dos días por enfermedad. Así que después de las lágrimas y desespero, optamos por comprarme un vestido.