La boda de Cristina y Ismael en Vilanova I La Geltru, Barcelona
En la playa Verano Azul 3 profesionales
C&I
15 Ago, 2015El día de nuestra boda
¡Por fin llegó el gran día!
Todo empezó un 12 de agosto de 2014 cuando Ismael (mi marido) me pidió matrimonio.
Él sabía que yo no soy muy romántica y que quizás la forma tradicional de pedir matrimonio no me iba a “gustar”. Al principio de estar juntos salió el tema de boda así hablando por hablar y yo pues comente “a mi si me piden matrimonio me tienen que sorprender, me gustaría que me lo pidiese un delfín”.
Y mira por donde dicho y hecho, el día 12 de agosto nos fuimos a un parque acuático de Tarragona y cuando ya iban a cerrar el parque me dijo “ven vamos a ver los leones” marinos y yo pensé pues vale me encanta todo tipo de animales, me engañó de tal manera que cuando me di cuenta estaba dentro del delfinario con un delfín y pidiéndome matrimonio delante de todos los que estaban allí.
Fue un momento único e irrepetible, ya que en esos momentos me sentía la persona más feliz de todo el universo.
¡Después fue todo viento en popa!
Decidimos poner fecha 15/08/15 para mí era una fecha muy importante dedicada a mi tía que se llamaba Mari, ya que ese día es Santa María, aun así nos pusieron muchísimas pegas pero lo conseguimos.
Seguir leyendo »Lo segundo fue empezar a mirar iglesias, sabíamos que queríamos casarnos por iglesia, pero que fuese una misa light y que la iglesia fuese grande y bonita.
Después vino el banquete. Nuestra primera opción era casarnos en la playa, pero habían muchos inconvenientes y entonces decidimos buscar un restaurante lo más cercano posible al mar. Fue La Cucanya que está en un peñasco frente del mar.
Los dos trabajamos juntos y la verdad es que nuestro horario no nos dejaba mucho margen para poder hacer los preparativos, pero aun así lo conseguíamos. Yo buscaba y luego al llegar a casa mientras cenábamos lo escogíamos…
No sé si os habrá pasado a vosotras, pero yo era cosa que escogía o cosa que hablaba de la boda me entraba una llorera de alegría claro. Pero, durante todo este año no podía parar de llorar.
Un día de repente aparecieron en casa nuestras dos mejores amigas con una caja enorme llena de bolas de papeles y al final de esa caja veía velas de novia, una agenda, un llavero para compartir….y al final del todo una carta, empecé a leerla “ya os podéis imaginar que yo no era capaz de leer ni una frase seguida”. En esa carta ponía lo mucho que nos querían lo que significábamos para ellas, vamos una carta llena de sentimientos donde se reflejaba la amistad tan grande que tenemos. Acto seguido me dijeron que girase esa carta que me faltaba por leer y ponía. “Te regalamos el vestido de tus sueños princesa”.
¡Pues imagínense como me quedé, no me lo podía creer! Que estuviesen tan locas de regalarme el vestido de mi gran día. Me quedé sin palabras.
Después de este detallazo, estuvimos mirando tiendas para empezar a mirar vestidos. Para nosotras, las novias, el encontrar nuestro vestido es muy importante y a la vez es muy divertido. Hablo basándome en mi experiencia, he de decir que me lo pase genial, todas juntas probando uno quitando otro….¡hasta que me decidí por mi vestido!
Después de esto ya era ultimar detalles como la música, los detallitos para todos los invitados, los detalles individuales también a hermanos padres amigos.
¡Y cuando nos quisimos dar cuenta quedaban menos de diez días! Y aún teníamos muchísimas cosas que preparar….
Para colmo el tiempo no nos acompañaba y me daban lluvias. No me lo podía creer que tuviese esa mala suerte, pero contra el tiempo no se puede hacer nada. Tan solo pensaba dentro de mí por favor que aguante ni que sea para la iglesia y el pica pica en los jardines.
Ya que luego había escogido la carpa de cristal para la cena y estaríamos cubiertos y aun así seguiríamos con las vistas al mar como queríamos.
Los 10 días pasaron volando y llego por fin ¡el gran día!
Me desperté tranquila la verdad, fui con mi padre a desayunar al bar de alado de casa como muchos sábados y yo todavía no me creía que en horas me casaba, ¡era como una sensación surrealista!
Luego dieron las 12:00 de la mañana y esto ya empezaba a ponerse en marcha. Me tenía que ir a la peluquería y allí sí que me empecé a poner nerviosa, porque veía que esto ya comenzaba. Salí de la pelu, fui a casa me vestí, ¡todos como siempre corriendo y todos por el medio! Y vino el fotógrafo .
Acabamos las fotos de dentro de casa y como no hicimos un brindis antes de salir para la iglesia. Y fue cuando dije, ahora ya sí que si estoy lista, vestida peinada, maquillada, ¡ya casi es la hora!
Salimos y estaba en frente de casa una Limousine esperándonos a mi padre y a mí (esto de la limousine no era cosa nuestra es una historia bastante larga para contar ahora pero para que lo entendáis mi pareja y yo escogimos decorar el coche de mi padre, pero como en nuestra despedida la limousine no pudo venir y la contrataron pues quiso tener el detalle de llevar a la novia a la iglesia) .
Una vez llegamos resulta que la Limousine no podía acercarse del todo a la iglesia por lo tanto nos bajamos donde un hospital que caía detrás de la iglesia a tan solo un minuto caminando. Claro allí fue todo un espectáculo, porque vieron a la novia y al padre echando a correr porque llegábamos tarde a la iglesia.
Una vez llegamos yo estaba histérica por entrar solo pensaba:¡ Cristina disfruta entra con tu padre pero, sobre todo, no te caigas camiando!
Cuando entrabamos era un cumulo de sensaciones todo el mundo mirándote y yo tan solo miraba al frente y veía a mi marido esperándome en el altar, tan guapo y tan nerviosito…pero todo salió perfecto. La misa fue genial, cortita, y el párroco muy simpático y agradable.
A la salida, todo el arroz que había en el mundo se nos coló por todos los huecos…. Llegamos al banquete y una vez allí nos hicimos las fotos mientras los invitados estaban tomándose algo ya… ¡y picoteando!
Cuando entramos fue espectacular, porque tanto la canción para la entrada, los invitados expectantes y la pirotecnia de los dos cañones de fuego fue precioso la verdad.
Luego recuerdo que todo el mundo nos pedía fotos y fotos y hablábamos bebíamos, pero no comíamos nada de nada. ¡Así que chicas es verdad que en tu propia boda no comes nada!
A todo esto, el tiempo por ese momento nos acompañaba y al final nos aguantó hasta el pica pica, luego ya cuando entrabamos a la carpa de cristal el cielo empezó a ponerse negro negro pero negro y rompió a llover, ¡como si se acabase el mundo!
Al menos aguantó como pedíamos y dicen que, ¡novia mojada novia afortunada!
Todo ya fue sobre ruedas, no podía haber salido mejor, todo genial y es verdad que siempre hay pequeños detalles que falla, pero aun así con tan solo estar rodeado de los que te quieren es suficiente. Puedo decir que mi boda ha sido espectacular, llena de sentimientos, lloros, risas, diversión, ¡ha sido mágica e inolvidable! Y sobre todo recuerdo el baile que le dediqué a mi padre, esa imagen de su cara lo decía todo, ¡claro se casaba su niña! Fue increíble.
Tan solo puedo decir que mi marido y yo nos lo pasamos en grande y los invitados también. Que es un día especial para disfrutarlo y exprimirlo al máximo, ¡ya que tan solo es una vez en la vida! Es un día único en el que somos el centro de todo y ves que todos los demás están felices y disfrutando del momento.
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