La boda de Carlos y Beatriz en Archidona, Málaga
De noche Verano Dorado 6 profesionales
C&B
27 Ago, 2021El día de nuestra boda
El día de mi boda no pudo haber sido más bonito; creo que para todas las novias el suyo es el mejor, pero no miento si digo que todo salió perfecto a pesar de las dudas y nervios que te asaltan ese día, gracias a la colaboración inestimable de nuestras familias y amigos. La nuestra ha sido una boda totalmente do it yourself, en la que nos hemos ocupado nosotros dos de cada detalle (invitaciones, meseros, sitting, mesa dulce, detalles, recopilación musical, página web...) y la verdad es que lo hemos vivido al 100%, aunque haya supuesto el doble de trabajo por nuestra parte. También es cierto que hemos contado con pocos proveedores pero maravillosos; en eso hemos tenido mucha suerte.
Estábamos algo intranquilos ambos por la situación sanitaria -aún había incluso restricciones horarias- y porque todos los invitados estuviesen cómodos y con todas las medidas de seguridad, pero todo salió a pedir de boca. El hecho de casarnos en viernes en principio se nos hizo un poco raro, pero lo recomiendo muchísimo, al final los inconvenientes son mínimos comparados con los pros. Los meses de organización previos y todo el trabajo de los días anteriores tuvieron su recompensa.
Seguir leyendo »Como nos casamos por la tarde, la mañana también la dedicamos a los últimos detalles, yo por mi parte intenté entretener los nervios haciendo mil cosas; la tarde-noche ya pasó muy rápido. Los días anteriores habíamos revisado in situ la organización de las mesas, montado la mesa dulce y colocado los meseros y hasta sobrecitos monodosis de gel en cada sitio. Gracias a mi peluquera Blanca y a mi maquilladora, Leah, pude relajarme un poco las horas previas, pero tengo que reconocer que el momento de las fotos en casa y en especial, el momento de llegar a la iglesia (mi hermano nos llevó a la iglesia en su coche a mis padres y a mí) no sabría cómo describirlo.
Tengo que destacar que para mi fue muy importante sentirme tan cómoda con mi vestido y mi velo; era totalmente mi estilo y no podía haber escogido otro mejor. Gracias a Centronovia, si me casara otra vez no dudaría en acudir allí. Y los zapatos, pieza fundamental. Gracias a que me sentaban como un guante, no tuve que preocuparme de rozaduras ni traspiés. Eran unos Michael Kors dorados regalo de mi padre a última hora (no llegué a ponerme los que yo compré para mi anterior fecha en febrero). El ramo de Floristería Gardenia, en Antequera, y el tocado de La Parisienne superaron mis expectativas, un estilo sencillo y romántico que combinaban a la perfección con la sencillez de mi vestido.
Al ir acercándome a la Parroquia de Santa Ana y ver a familiares, amigos, conocidos incluso que se habían acercado a las puertas de la iglesa para vernos...la emoción llegó a su máximo punto. Y ya cuando me acerqué al altar y ví a mi futuro marido esperándome...tuve que contener las lágrimas; él estaba muy emocionado y los primeros momentos me costó mantener el tipo, aunque sorprendentemente lo conseguí. La ceremonia fue preciosa, llena de anécdotas y momentos especiales. La música del piano, las lecturas de nuestros amigos, las palabras amables de padre Roberto, las miradas de nuestros padres y hermanos...no podía haberlo imaginado más bonito. Nuestros sobrinos Carolina, Estefanía y Michael llevaron las arras y los anillos (gracias, gracias, gracias a Joyería Aresso), que nos habían regalado mi suegra y mi cuñada grabadas con nuestras iniciales la noche antes de la boda. Yo misma bordé el corazón de nuestro logotipo en un pequeño bastidor para poner los anillos, y mi madre le dio el toque final. Nos tiraron a la salida kilos y kilos de arroz (sí, kilos XD) y mi hermano descorchó una botella de champagne para el primer brindis de la noche.
Tras celebrar el sacramento, nos hicimos algunas fotos en la iglesia del patrón del pueblo, cofradía de la que soy hermana, y después en la Ermita de Nuestra Señora de Gracia, enclave espectacular por excelencia de nuestro pueblo tanto si eres religioso como si no. El reportaje de fotos, por VideoFoto Arjona, también fue muy divertido, y nos sirvió para desfogar la tensión anterior; ya anochecía y nos dirigimos al restaurante. Allí nos esperaban todos, tomando la copa de bienvenida.
Si de día el Hotel-Restaurante Paneque es bonito, de noche tiene un ambiente más mágico aún. Saludamos a algunos invitados y tras ello, entramos en el salón para ofrecer un brindis junto con los padrinos y dar por comenzada la cena. Escogimos para ello la canción Sweet Child O'Mine de Guns&Roses, mi favorita, y a todos les encantó. Aunque éramos pocos invitados (unos 120), cuando tomamos el primer plato mi ya marido y yo nos levantamos para saludar al resto de invitados y entregarles los detalles que habíamos preparado, unas libretas de papel kraft con el logotipo que diseñamos para nuestra papelería, impresas en la portada por nosotros mismos y dedicadas por mi puño y letra en el interior. Las invitaciones también las diseñamos e imprimimos nosotros, con un original sello de lacre.
El menú fue muy celebrado por todos y la atención fue de 10 por parte de la dirección del hotel, los camareros y Jesús, el encargado, al que tenemos que agradecer su ayuda incondicional para todo. Antes del postre, nos sorprendieron con un original vídeo que habían preparado entre nuestros familiares y amigos más cercanos, fue un detallazo porque no era el típico montaje de fotos, sino un poema estilo épico -a los dos nos encanta la Historia- escrito por mi hermano y recitado en distintos enclaves de Andalucía.
Después llegó el momento de cortar la tarta (no queríamos perder ese momento, quizá ya no se lleve pero a nosotros nos gustaba). Los muñequitos me los había regalado Carlos por mi santo el pasado año. Y llegó el momento de abrir el baile. Aunque habíamos ensayado mucho, los últimos días no dábamos pie con bola, y decidimos dejar de ensayar y que todo fluyera. Así lo hicimos, y lo disfrutamos al cien por cien, que era lo que queríamos. Bailamos una bachata de Juan Luis Guerra que luego fusionamos con un tango. ¡Nadie se lo esperaba! Fue uno de los momentos más top de toda la celebración; y yo me sorprendí de que al final quedara tan bonito y animado.
Había que darse prisa porque, casi como en la Cenicienta, teníamos que acabar la barra libre a las 2.00 a.m., y ya eran las 12! La barra se montó en los jardines, que quedaron de cuento, nunca mejor dicho, con las guirnaldas de luces, las flores y la belleza propia del lugar. Allí colocaron la mesa dulce, que habíamos preparado nosotros mismos (decoración, envasado de chuches, todo) y la mesa del DJ, que hizo que aprovecháramos las dos horitas que teníamos al máximo. Durante ese tiempo charlamos y bailamos con los invitados, casi con prisa porque queríamos estar con todos y no nos daba tiempo, pero todos los comprendieron y se portaron fantásticamente bien con nosotros. Allí estaba montado el maravilloso photocall de Málaga Fotomatón, impresionante la atención y el trato por parte de ellos, no nos tuvimos que preocupar por nada, solo por divertirnos.
Tengo que decir que no me dio tiempo ni de acercarme a la barra libre, menos mal que estaba mi hermano que se percató y me trajo algo de beber (ese día no os olvidéis de hidrataros mucho, por experiencia). A pesar de las carreras que dimos, cada vez que cruzaba una mirada con Carlos (el pobre sudó lo suyo) el más mínimo inconveniente se disipaba. Tanto mayores como jóvenes disfrutaron y se divirtieron al máximo, al igual que nosotros.
Como consejo, os puedo decir a los futuros contrayentes que viváis cada momento del camino porque ese día pasa muy rápido, y aunque cada vez hay más normalidad en las celebraciones y seguro que podréis casaros sin restricciones, menos es más. No hacen falta tantas horas sino que estén bien aprovechadas, como fue nuestro caso. Y olvidáos de las bodas multitudinarias; el estar acompañados solo por los que tienen que estar hará que vuestro día sea más íntimo y auténtico. Es vuestra boda, no la de los demás, tenedlo muy en cuenta y os evitaréis muchos quebraderos de cabeza. Sobre todo, sabed respetad las decisiones de vuestra pareja y llegad a un consenso, que siempre lo hay aunque haya disparidad de gustos y opiniones. Sobrellevad los nervios y los altibajos con las mínimas discusiones y sabed comprenderos, es normal que haya discusiones y días bajos en todo este proceso. Pero que no empañen lo importante, que es vuestra felicidad.
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