La boda de Carlos y Ana María en Estación De Cartama, Málaga
Elegantes Otoño Azul 2 profesionales
C&A
28 Sep, 2013El día de nuestra boda
¡Buenos días chicas!
Ya de vuelta a la rutina y un poco cansados todavía del gran viaje que hemos realizado, deciros que estamos felices y muy contentos con la experiencia tan maravillosa que hemos vivido.
En primer lugar, la ceremonia salió estupendamente. Aunque amaneció el día bastante lluvioso, a la hora de la ceremonia nos respetó bastante y a la salida de la iglesia incluso nos salió un rayito de sol. Uno de los momentos más emotivos fue mi entrada a la iglesia, ya que entré cantándole un bolero precioso a mi novio, “Contigo en la distancia”. Si llego a saber que el momento de entrar en la iglesia es cuando más nervios se pasan, lo hubiera dejado para más tarde porque se me puso un nudo en la garganta y me costó la misma vida que comenzaran a salir las primeras palabras. De todos modos, tragué saliva y logré cantársela “completita” a mi ya marido. No echó ni una lágrima el tío duro, pero tenía los ojos tan “coloraos” como si le hubieran dado dos puñetazos.
La salida de la iglesia fue espectacular, no he visto una salida de novios con esa manta de arroz en mi vida. Cuando parecía que se acababa volvían a caernos kilos y kilos, además de cañones con pétalos. ¡Fue genial!
Seguir leyendo »Ese día decidimos no hacernos las fotos y hacernos una sesión postboda más adelante, cuando ya volviéramos del viaje así que aún lo tenemos pendiente.
Después, llegamos al hotel y estuvimos con nuestros invitados en el cóctel, pudiendo charlar un ratito con todos ellos. La entrada al banquete fue con el "Danza Kuduro" y para nuestra sorpresa, niños y grandes se levantaron de sus mesas súper animados y nos acompañaron riendo, aplaudiendo y bailando hasta que llegamos a nuestra mesa.
La cena parece que fue muy bien y a la gente le gustó mucho todo; además, no hubo ningún problema relevante, con lo que perfecto. Eso de que los novios pasan hambre, en mi caso no, yo me hinché de comer de todo y a media cena ya no podía comer nada más. Después pasamos a repartir regalos: alfileres, botellas de vino y un CD con canciones mías y un dúo con mi marido, que fue la sorpresa de la noche.
Por último, llegó el baile. Habíamos planeado una mezcla de ritmos y canciones de todo tipo con una coreografía graciosa. Salió perfecto y la gente se quedó muerta cuando nos vio porque no esperaba para nada que fuera así y que mi novio se atreviera a echarle tanta cara al asunto. Nuestra sorpresa llegó cuando después de nuestro baile animamos con una música a bailar y todos comenzaron a hacerlo sin parar. Así hasta las 5 y media de la mañana.
Teníamos también un photocall y compramos un montón de accesorios para disfrazarse y poder hacernos fotos con una polaroid que también pusimos. ¡Eso fue el desmadre! Chicos y grandes disfrazados con pelucas, gafas y cuernecitos durante toda la noche y sin parar de bailar. Para aumentar la diversión, el hotel tiene un tobogán para adultos de unos 6 metros de altura que va de la primera planta a la recepción de la planta baja y nos tiramos alrededor de 20 veces cada uno, con las consiguientes anécdotas y risas.
Fue una noche perfecta para nosotros y espero que también lo fuera para nuestros familiares y amigos. Después, para descansar, nos hemos ido de viaje a China (“palizón” y medio), pero una experiencia única y maravillosa.
Estamos felices y agradecemos a Bodas.net la ayuda prestada en estos meses de intensa preparación. ¡Muchas gracias!
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