La boda de Beatriz y Carlos Miguel en Pinilla Del Valle, Madrid
Al aire libre Otoño Azul
B&C
28 Sep, 2019El día de nuestra boda
Bueno, el día de nuestra boda inició realmente casi 5 años atrás cuando ella vino a visitarme y mientras ella dormía le dije que la amaba. Sí, un poco cobarde, ¿no? Ella dormida... Unos días después le comenté que tenía tantos deseos de decirle algo, pero no quería apresurarme, aunque lo que sentía no cabía en mí y no recuerdo haber experimentado en mi vida algo así. Mantuvimos una relación a distancia algo complicada, pero jamás nos sentimos separados, siempre intentábamos hacer sentir al otro que estábamos justo ahí para cuando necesitáramos recostar nuestra cabeza o lamentarnos por un mal día. Yo soy un poco planificador. Si le preguntan a ella dirá que miento, que suelo planificar todo, pero creo que ella exagera un poco... Tuve que marchar a EE.UU y sin ella saberlo me mantuve con el anillo de compromiso durante más de un año y medio guardado, esperando el momento perfecto.
Hasta que sentí que ese momento llegó. Nos fuimos a recorrer EE.UU. En mis últimas vacaciones de termino de curso y en Yosemite Park le pedí que si se casaría conmigo. Estaba tan nervioso que ni siquiera puede instalar la grabadora de la segunda cámara que había puesto para que le enviara unos saludos a su familia. Sí, claro, estaba nervioso. Este viaje ha sacado lo mejor de mí, o sea, ella. Única y sorprendente, una joya de humanidad y bondad hecha mujer. Empezamos con los preparados de la boda y sí que fue agotador. Aun planificándonos 2 años con anterioridad, en los últimos días pensé que las cosas no saldrían como esperaba, que ella se sentirá abrumada, que no estaría todo en su lugar para que sintiera que ese día fuera perfecto. Afortunadamente me equivoqué.
Seguir leyendo »¡Gracias a Dios! Nuestras familias estuvieron reunidas, el lugar que visualizamos y donde celebramos la ceremonia desprendía un ambiente tan natural y la armonía familiar se podía palpar, al igual que sol de ese día, que estaba radiante. Ella estaba espléndida como siempre y aún más los lugares donde alojamos a las familias. Fue un fabuloso encuentro con aire puro acompañado de un bocado de felicidad. Aunque mi boutonnier estaba dando batalla para colocarlo, me sentí en casa y en paz, ese era el menor de mis problemas, ¿no? Me iba a casar con la persona que había amado en silencio durante casi 12 años y no quería que nada fuera menos que perfecto para ella porque así sería perfecto para mí.
Los niños jugaban. Después de la celebración era estar en familia, disfrutar en familia y reír y gozar como familia todos juntos. My little princess, tanto esfuerzo y creo sin dudar que lo disfrutamos hasta más no poder... ¡Todos! Nunca podré olvidar esa sonrisa que tenía mientras te acercabas al altar y yo aguantando como todo un campeón para no soltar las lágrimas que estaban a punto de salir. Nunca pensé que tendría la oportunidad de ser amado como tú me amas, de hecho, ni pensaba que el amor fuera para mí hasta que te conocí y regresaste a mi vida. Todo fue perfecto, el restaurante, la comida, las risas, los encuentros, los bailes, los juegos, la decoración… Volvería a vivir ese día una y otra vez. Nadie dijo que fuera fácil, pero nada es imposible. Y esto no lo fue.... Esto solo fue una parte de nuestro inicio hacia la eternidad de emociones que vendrán y junto a ti sé que lo lograremos.
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