La boda de Aroa y David en Barcelona, Barcelona
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A&D
20 Jul, 2013El día de nuestra boda
Por fin llegó el momento, después de tanto tiempo soñando con este día, después de muchos preparativos, de elecciones imposibles, de intentos frustrados por llegar a un consenso, después de todo, llego el día.
Es curioso cómo el mejor día de mi vida, el día más especial hasta hoy, no empezó diferente al resto de los días. Sonó el despertador y como siempre me hice un poco el remolón, aunque en ese momento todo empezó a cambiar; un sentimiento diferente al del resto de los días me invadió, una sensación muy parecida al nerviosismo, pero con pinceladas de ilusión. En fin, en ese momento me activé automáticamente, me levanté y me propuse disfrutar del día al máximo.
Un poco antes, como dos horitas antes, la que iba a ser la princesa de este cuento ya estaba en danza, ya se había levantado, desayunado y empezaba su día. Ilusión, nervios, alegría, responsabilidad, en definitiva, un cóctel de sentimientos inexplicables recorrían su cuerpo.
El día prosiguió con las típicas llamadas, WhatsApp, mensajes felicitando y deseando que todo saliera redondo. Y por fin, después de mirar cada 5 minutos el reloj, llegó la hora en la que habíamos quedado con el fotógrafo. El fotógrafo era como el cohete de inicio de una traca que culminaría con un 'Sí, quiero'.
Seguir leyendo »Ya habíamos hablado muchísimo con él, desde temas meramente profesionales, pasando por debates de ideas sobre la sesión, pero también hablando de temas que a él no le incumbían. En parte, puedo decir que el fotógrafo fue nuestro wedding planner. Nos aportó muchas ideas, nos aconsejó, nos ayudó, en fin, pasó de ser Héctor Mira a ser Héc; pasó de ser un extraño en nuestra boda a ser un amigo en nuestra boda.
Quiero hacer un inciso porque me gustaría recalcar el gusto y la delicadeza del trabajo que realizó durante toda la boda, mimando todos los detalles, cuidando al máximo el no ser él el centro de las miradas y pasando desapercibido totalmente. El resultado ha sido unas fotos estupendas, muy naturales y espontáneas.
El sol empezaba a caer cuando llegué a aquella entrada. La masía tenía vistas al mar y el sol reflejaba en el horizonte; nunca olvidaré ese momento. Mis amigos y familiares me esperaban bajo una carpa donde se iba a oficiar el principio de un nuevo capítulo en nuestra historia de amor. Lo sé, suena cursi, pero no puedo ponerle otro adjetivo que no sea amor a lo que llevo tanto tiempo viviendo.
De repente, la música cambió y empezó a sonar la canción que habíamos decidido para mi princesa y como si de la Cenicienta se tratase, apareció al fondo, con un vestido muy sencillo, pero esa es una de las cosas que me enamoró de Aroa, su sencillez. Un detalle en el cinturón de color verde, un velo, una sonrisa perfecta; simplemente fue el mejor momento de mi boda.
Durante la ceremonia, mi madre decidió decirnos unas palabras y cómo no, las lágrimas se unieron a nuestra fiesta, pero como dice Héc, una boda es una fábrica de sensaciones y de sentimientos, y así es. Experimenté unos cambios de estado, de la tristeza de algunos recuerdos que me invadían el corazón al máximo exponente de la felicidad. Supongo que todos los que sabéis lo que es una boda me comprendéis.
Y podría seguir contando toda la historia, los aperitivos, la cena, la sesión de postboda, pero creo que nada tiene la importancia que tenía en mi boda la ceremonia; para mí fue el momento de hacer público que Aroa es mi princesa, es la musa de este cuento y que por fin podía gritar a los cuatro vientos que era feliz, que ella me había devuelto la sonrisa y las ganas de seguir, pase lo que pase, adelante.
Antes de despedirme quisiera darle un abrazo a Héctor Mira de HM estudio fotográfico y deciros que no lo dudéis, que como mínimo le pidáis presupuesto y que os deis la opción de conocerlo, y estoy seguro que no os arrepentiréis.
También me gustaría darle un abrazo a toda esa gente que me acompañó y que fue parte de este capítulo de mi vida. Y a todos los que habéis tenido la paciencia de llegar hasta aquí leyendo, que si no habéis dado el paso, que no lo dudéis más. Se puede conseguir una boda inolvidable con poco presupuesto, pero con mucho amor e ilusión.
Un abrazo a todo/as.
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