La boda de Antonio y María en Zamora, Zamora

Desde el principio elegimos hacer la boda con temática marinera puesto que los dos somos unos apasionados del mar. Por ello, decidimos que nuestra invitación sería un mensaje en una botella. A partir de ahí, nos metimos de lleno en esta locura que tanto hemos disfrutado, elaborando el seating plan con nuestras playas preferidas, donde aparecían los nombres de los invitados de cada mesa escritos en un pequeño barco colocado en una red de pescador, la cual se sostenía con unos indicadores con los nombres de las playas. Los centros de las mesas los elaboramos con unos jarrones de cristal con agua, conchas, piedras y arena que habíamos recogido de las playas, además de una foto nuestra en esa playa y un globo con el número de cada mesa. También, cada invitado encontró en su copa, una pinza besucona con el mensaje: “Gracias por estar hoy aquí”.

La mesa de deseos, contaba con un botellón y papelitos para que la gente nos dejara sus mensajes, imitando nuestra invitación. También contamos con un Candy Bar hecho por mi hermano, siguiendo la temática de la boda, un carrito de helados lleno de chuches y cupcakes que él mismo preparó.

Además, diseñamos un photocall marinero con un barco y diferentes figuras para que la gente se hiciese las fotos, como un brazo de Popeye, un tiburón, un cangrejo,… A nuestros invitados les encantó y hasta la gente mayor se hizo fotos con los emoticonos. Quedó todo muy bonito y personal, pero el sitio donde lo celebramos fue también maravilloso, Jardines del Rey. Queremos aprovechar esta oportunidad para agradecer una vez más a Ana y a todo su equipo lo que hicieron por nosotros, consiguieron que nuestros sueños e ideas locas fueran posibles, escuchando y dando forma a cada uno de ellos. Ana, eres una gran profesional pero sobre todo una gran persona que se involucra con cada boda, así lo sentimos nosotros. Ha sido un año y medio de llamadas y quedadas contándote cada uno de nuestros “secretos” (de los que fuiste cómplice), reuniones en las que se hablaba de mucho más que de boda, tiempo que compartimos para realmente fraguar una amistad y juntos hacer nuestro 3 de septiembre. ¡Muchísimas gracias una vez más!

Después de meses y meses de preparativos y manualidades, llegó nuestro ansiado 3 de septiembre. No tengo palabras para describir los sentimientos y emociones que viví a lo largo de ese día, solo os puedo decir que cada minuto lo disfruté al máximo, abracé, besé, lloré, reí, grité, bailé,… Sin duda, el mejor día de mi vida. Recuerdo las fotos en mi casa con mi familia antes de ir hacia la Iglesia, me era imposible no sonreír, yo soy una persona muy risueña y alegre pero ese día muchísimo más. No me podía creer que nuestro día había llegado. Y bajé las escaleras de mi casa con mi hermano, mi padrino y mi damita, nos estaba esperando un Citroën 11, un precioso regalo de mi madre.

Recuerdo la llegada a la Catedral, entrando en el coche por la plaza y buscando con la mirada a mi marido, mi príncipe azul, y cuando finalmente nos vimos, le abracé durante unos segundos y fue mágico verle vestido de novio tan guapo. Nos hemos abrazado miles de veces, pero ese día, con ese abrazo, ese beso y su “princesa” me lo transmitió todo. Y entramos en la Capilla del Cristo de las Injurias, nuestro Cristo y el de todas las personas que ya no están. La ceremonia fue preciosa, recuerdo cada instante y lo revivo una y otra vez sonriendo por todo lo que vivimos aquel día.

Después de la misa, llegó la locura. Todo el mundo te abraza, te besa, te transmite la felicidad que siente por ti, fotos, fotos y más fotos. Y el momento del arroz, (habíamos preparado unos conos con arroz, confeti,…) que a mí me encanta, se me pasó en medio segundo. Y más y más fotos.

A continuación, nuestros invitados disfrutaron del cóctel en los Jardines del Rey mientras nosotros nos quedamos solos con el fotógrafo y el cámara haciéndonos las pertinentes fotos y vídeo. Contratamos a Cliché y desde aquí también quiero agradecerles tanto a Alberto como a Jorge lo bien que se portaron con nosotros ese día y el de la postboda. Te hacen sentir muy cómodo y son muy agradables, no podíamos haber elegido mejor.

Después de las fotos de rigor, subimos a los Jardines del Rey a disfrutar de nuestros invitados y del cóctel. Entramos con la canción de Piratas del Caribe, luego fotos con los invitados en el photocall, disfrutamos del cóctel en esos jardines, que son una auténtica maravilla. A continuación, la cena. Nuestros invitados entraron y les pusieron un vídeo de agradecimiento que habíamos grabado con carteles para ellos. La verdad es que a la gente le encantó y nuestra entrada al banquete fue genial al ritmo de “La Gozadera”, todo el mundo con las servilletas en alto y en pie, bailando, gritando, nos sentimos en una nube, era una auténtica fiesta, lo que nosotros habíamos soñado.

Y comenzó la cena. Por recomendación del restaurante pusimos música entre los platos y ¡qué acierto! La gente bailaba, comía, disfrutaba… En definitiva, se divertía, que era nuestro objetivo principal. Durante este periodo hubo varios momentos llenos de sorpresas, por ejemplo, regalos a nuestras madres y a mi hermano (el cual fue un momento muy emotivo), un maravilloso discurso que mi hermano nos regaló, un vídeo que nos hicieron nuestros amigos, mis amigas me regalaron un álbum con fotos de mi despedida y la gran sorpresa de la noche, un precioso video que me había hecho mi marido, donde hablaba de nuestra relación, lo que nos había impulsado a llevar a dar este paso y que lo mejor está por venir, para después entrar en la carpa con un gran ramo de rosas y completar la sorpresa. Nunca me lo habría esperado y la verdad es que fue maravilloso.

Incluso dimos un regalo a mi damita y a dos amigos que cumplían años ese mismo día. Después de la cena abrimos el baile con remix de canciones que habíamos preparado. Fue una sorpresa para todos y comenzamos todos a bailar y disfrutar hasta las mil.

Fue un día maravilloso. Después de algo más de un mes desde aquel día de cuento solo podemos agradecer a nuestros invitados por acompañarnos en ese día y hacerlo aún más especial. A Nacho (de Flores Pandora) porque mi ramo era muchísimo más bonito de lo que yo podía haber imaginado y consiguió que la Capilla del Cristo de las Injurias luciera aún más. A Cliché por su amabilidad y sonrisa permanente. A Jardines del Rey (en especial a Ana) porque gracias a ellos nuestros sueños se hicieron realidad. Nunca nos habríamos imaginado que iba a salir todo tan bien y eso también es mérito de cada uno de ellos, tanto de Javi, Oscar, Jose y todo el personal que compartió ese día con nosotros. Elegiríamos a los mismos proveedores mil veces más para nuestro gran día.

La calidad de las fotos no es muy buena, aún no tenemos las del fotógrafo. Espero que os guste.

Antonio y María.