La boda de Antonio y Jessica en Granada, Granada
De noche Verano Beige 6 profesionales
A&J
05 Ago, 2023El día de nuestra boda
¿Por dónde empezar a contar este día tan esperado? Después de un año y medio de preparación, con todo al más mínimo detalle, tres contrataciones musicales, decoración, regalos personalizados de cada invitado… llega el día 5/8/23. Os puedo hablar de la noche tan larga, de los nervios del “te tienes que dormir” y no dormirte, del corre que te pillo, peluquería, maquillaje, llega a casa, come algo y llega el fotógrafo, foto aquí, foto allá y desde aquí todo pasa en un abrir y cerrar de ojos. Tuvimos boda religiosa en la patrona de Granada, unas fotos preciosas en el Palacio Quinta Alegre con muchas prisas por irnos a nuestro lugar de celebración para compartir con todos nuestros invitados. Llegamos a la copa de bienvenida, primera actualización musical, todo iba sobre ruedas, mi ya marido me da la mejor sorpresa y alegría que me podían dar…. Veo que al fondo del pasillo del jardín aparece nuestro tercer miembro de la familia: Tango, nuestro perro; el corazón se me salía del pecho de amor, de emoción, de ilusión… Este pequeño no podía faltar; su visita fue rápida, pero lo mejor que nos iba a pasar este día… Como lo cuento, día de ensueño o eso parecía ser. Pasamos a la carpa entrada con amigos, entrada épica para el recuerdo, todos nuestros invitados pletóricos, lágrima viene, lágrima va, sonrisas, besos, abrazos. Nos sirven el primer plato… Aquí empieza el caos. A reclamar platos para los invitados alérgicos… Éramos muchos, algo aceptable tiene un pase, sonrisa y seguimos la velada. Cambiamos al sorbete, sorbete que jamás llegó ni a la mesa nupcial y aquí comienza el caos, la pesadilla y el mal recuerdo. Se va la luz en todo el recinto, 22:30 de la noche, el día más importante hasta el momento de nuestras vidas… salimos al jardín y vemos una gran cornisa de humo, los invitamos salen al parking, hay fuego. Miro a mi ya marido con los ojos como platos y nos decimos: ¿y ahora, qué? Solo a horas de estar casados tuvimos que enfrentarnos a la primera adversidad juntos. El encargado del restaurante desaparece sin dejar rastro después de haberle sugerido 3 opciones para solucionar el problema y no haber llevado a cabo ninguna, no nos da apoyo ni explicación y nos deja desamparados. Empieza a cundir el pánico, los invitados empiezan a irse, este día empieza a desmoronarse… llevamos ya 2 horas sin luz ni agua, en las cuales no se nos servían refrescos… Mi marido y yo nos miramos con lágrimas en los ojos: ¿cómo el día de ensueño era una pesadilla de la que no podíamos despertar? Escuchamos de fondo un tambor y una trompeta, solo son las 00:30, no puede ser la charanga, pero sí, sí era y gracias a que era. Un amigo, invitado y músico los había llamado para que adelantaran la hora de actuación contándoles lo que estábamos viviendo, y sí, chicos, la charanga anima, la charanga da vida y es de lo que menos nos arrepentimos de tener en este día. "Vimos la luz", y donde hay música, hay felicidad. Bailando a la pena a oscuras al ritmo de charanga, creo que es el momento más mágico de este día. Los acontecimientos catastróficos siguieron pasando uno tras otro de la mano. Lo mejor de reunir a personas que te quieren es que pasan cosas como las que os voy a contar. El padre del novio aparece con un generador de electricidad, el cuñado de la novia electricista lo conecta a la red eléctrica del restaurante, los músicos contratados para barra libre encienden el escenario, un amigo aparece con hielo comprado en la gasolinera de al lado y se hace la luz. Pasaron 4 horas aproximadamente a oscuras con temperaturas insoportables, pero quien se quedó era porque quería estar con nosotros, quería darnos apoyo en la situación, quería acompañarnos y, por supuesto, hacer de esta pesadilla un día memorable por el amor que nos tienen. Con todos los impedimentos, con todo en contra pudimos tener baile nupcial, tomarnos unos refrescos, darnos unos bailes e irnos a casa rodeados de personas que a día de hoy sabemos que realmente nos quieren y que estarán con nosotros en las buenas y en las malas. Teníamos una boda planificada al milímetro y nos tocó improvisar, teníamos una boda para lucirla y nos quedamos sin luz, pero lo que sí estoy segura es que en nuestra boda sobraba amor de los unos a los otros. Al final, eso es una boda: compartir, estar, apoyar, amar, abrazar, llorar, reír, bailar, nervios… Y os puedo asegurar que lo único que importa son las personas que elijáis de corazón para que sean partícipes. En nuestra boda no podemos decir que la comida estaba mala o buena, ya que no se comió; no podemos decir que el sitio era bonito o feo, ya que no se lució; no podemos decir si el personal era atento o no, ya que desapareció. Lo único que os puedo decir es que tenemos una familia que vale millones. Ha pasado un mes y al recordar este día aún sigo llorando. Como novia, todo lo que me digan me sirve de poco, pero sí soy consciente de que ese día lo viví y lo viví al máximo, ya que más completo no pudo ser. Espero poder meter la mitad de la noche en un mal recuerdo y olvidarlo, y poder solo disfrutar del recuerdo de la unión familiar y el amor que nos tenemos, quiero creer que llegará el día. La conclusión es que puedes tener años de preparación, puedes tenerlo todo al milímetro, cerrado con horarios… Pero la vida es la vida y ella es la que sabe lo que realmente os tiene preparado. Consejo: es un día único, no se vuelve a repetir; pase lo que pase, estad juntos, quereos, sed cómplices y disfrutad del principio de una nueva etapa agradeciendo a los que os acompañan en la celebración su tiempo y cariño.
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