La boda de Antonio y Ana Mari en Barcelona, Barcelona
De noche Verano Verde 7 profesionales
A&A
07 Jul, 2017El día de nuestra boda
Nos despertamos por la mañana, juntos y tranquilos, saqué a la perra, desayunamos y terminamos de limpiar el piso. Después preparé las cosas que debía llevar a casa de mi abuela (vive una calle más abajo que nosotros), ya que decidimos que yo me vestiría allí (mi vestido llevaba allí semanas) y, tras una buena ducha, me pasé a dejar las cosas mientras el novio iba a encargarnos unos bocadillos para nuestra última comida de solteros.
Después comimos, volví a sacar a la perra y me fui a la peluquería de toda la vida a peinarme (Carlos Durán).
En la peluquería seguía tranquila y Carlos me hizo un semirrecogido precioso, me puso el tocado y me maquilló unas sombras y los labios, me encantó como quedó el peinado. Después mi hermano (que vino desde Madrid la noche antes después de trabajar) y mi cuñado me recogieron en coche y me llevaron a casa de mi madre donde me esperaban mi madre, mi hermana y mi cuñada, todas ya peinadas, guapísimas y nerviosas perdidas. Nos comimos un helado y después mi madre, mi hermano y mi cuñada fueron a por el ramo a Flores Navarro y el resto a casa de mi abuela. Allí mi hermana me terminó de maquillar y fueron llegando mis tíos/as. En eso que, cuando ya me iba a vestir, llamó mi hermano diciendo que estaban en un atasco enorme y que harían lo que pudieran para llegar a tiempo, a mi hermana casi le da un ataque de nervios, pero yo seguía tan tranquila, era como si no me fuera a casar yo.
Seguir leyendo »Nos vestimos todos (mi vestido es fuera de lo habitual, color verde comprado online en JJsHouse) cogí la cámara y se la di a mi cuñado, cogí la rosa eterna del velatorio de mi padre para añadirla al ramo y que así me acompañase, mi tío y mi hermana sacaron unas fotos con las cámaras que llevaban ellos y… ¡Milagro! Mi madre y compañía llamaron para avisar de que ya habían llegado con el ramo y que nos veíamos en el ayuntamiento.
Mientras tanto, la familia del novio llegó a nuestro piso para ayudarle a vestirse e ir con él.
Fui al ayuntamiento a pie (Seu del Districte de Nou Barris), ya que mi abuela y nosotros vivimos muy cerca; por el camino se nos cruzó un coche pitando y gritando "¡Esa novia guapa!". Era mi jefa... Luego nos encontró mi madre me dio el ramo (precioso y parte de su regalo) y fueron todos al ayuntamiento, mientras que mi hermano (el padrino), mi tío y yo fuimos al lugar acordado para que nos viniera a buscar la responsable de protocolo del ayuntamiento; mientras esperábamos llegó mi jefa con otra compañera de trabajo que vive cerca para desearme buena suerte (un detallazo) de parte de todos los “compis”, luego se fueron y, por fin, nos vinieron a buscar y nos dieron las instrucciones a seguir en la ceremonia.
Ya en la entrada de la sala trajeron al sobrino del novio, que llevaba los anillos, y le explicaron qué hacer y ya empezó a sonar la música "Por ti me casaré" de Eros Ramazzotti, entró el niño con los anillos y después mi hermano y yo. Mi hermano dice que en cuanto entramos saltaron un montón de flashes de las cámaras y los móviles, yo no me di cuenta, sólo le veía a él (el novio), guapísimo con su traje gris y su sonrisa traviesa. La ceremonia fue corta y emotiva, recuerdo vagamente lo que leía el regidor sobre libertades, derechos y obligaciones, nos intercambiamos nuestros anillos de acero inoxidable y sí, en el ayuntamiento hay hueco para los besos románticos y los aplausos. Después firmaron los testigos (nuestras respectivas hermanas) y nosotros y, mi ya marido se emocionó. Nos regalaron el bolígrafo de la firma.
Salió todo el mundo y después nosotros, a la salida tuvo que llevar él el ramo para que yo no me tropezara con el vestido por las escaleras, ¡su cara era un poema! Cuando ya salíamos fuera me cogió fuerte de la mano y me dijo: "Prepárate, que ahora viene lo bueno" y justo después estábamos envueltos en una nube de pétalos de rosa, purpurina, serpentinas y mil cosas más, ¡me reí como nunca!
Después hicimos ronda de fotos con las cámaras que prestamos a los invitados y las que habían llevado ellos. Mi hermana llevaba una tipo polaroid y decía que se la habían dejado e iba sacando fotos a todo el mundo y guardándolas.
Al cabo de un rato, fuimos al restaurante (Restaurant la Fenêtre) que está en el mismo parque que el ayuntamiento; allí en la terraza tomamos una copa de combinado de cava con zumos tropicales y tartaletas de marisco y de pollo, y más tarde entramos a la sala y allí celebramos la cena tipo cóctel. Fue genial, la gente (éramos unos 40) se lo pasó bien con el photocall y el atrezo, no quedaron chuches (ni botes) en la mesa dulce, la comida variada y deliciosa y la tarta (también regalo de mi madre) estaba deliciosa y los muñecos divinos (regalo de mi hermana). El único fallo fue que en el restaurante olvidaron sacar las chapas que habíamos hecho, pero no me di cuenta hasta el final cuando me las devolvieron y nos lo explicaron.
El ramo se lo di a mi hermana en privado, ya que no quería super momentos. Mi familia paterna nos puso un montaje de fotos en el monitor precioso y además, como por los animales no habíamos programado luna de miel, nos regalaron un fin de semana en un hotel de la costa brava, incluyendo los billetes de autobús de ida y vuelta y a mi hermana de canguro de los animales en nuestra casa. Por parte de ambas familias nos dieron sobres y mi suegra y cuñado nos regalaron también unas cámaras tipo Go Pro. Repartimos los detalles: unas pulseras hechas por nosotros y un cd con las canciones que seleccionamos para este día, para todos igual ya que no nos gusta discriminar y la gente quedó contenta.
La mayoría de la gente se fue sobre las 24, ya que era viernes y habían trabajado y la gente mayor estaba cansada, pero muchos se quedaron a la barra libre y el fin de fiesta también fue genial. Antes de irnos, mis hermanos nos dieron los últimos regalos: el álbum no oficial de nuestra boda. con todas las fotos hechas con la cámara tipo polaroid y con mensajes de la familia y también… ¡La cámara!
La noche de bodas fue en casa y bajé por última vez a la perra ¡en pijama! Nuestra boda fue totalmente “low cost”, en vivo y en directo, sencilla y sin mucha parafernalia, como somos nosotros; nadie echó de menos nada y, de hecho, todos la recuerdan como algo muy especial. Fue uno de los días más felices de mi vida, a pesar de que inevitablemente faltó gente importante, pero en nuestro corazón estaban. Si algún día me volviera a casar, que lo dudo, lo haría igual.
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