La boda de Ander y Jone en Arcentales, Vizcaya

Después de pasar la semana antes de la boda sin parar, haciendo mil viajes a Horkasitas, para dejarlo todo a punto, no puedo dejar de agradecer la ayuda de Aida y Paul, los nuevos propietarios del Palacio, que nos ayudaron en todo, siempre dispuestos y calmando los nervios, llegó el día.

Nos casamos en el ayuntamiento de Berango, comimos con la familia en un restaurante típico del mismo pueblo y sobre las 18:00 de la tarde nos dirigimos al Palacio Horkasitas, donde nos esperaba la gran fiesta. Como no queríamos ceremonias ni alianzas, pusimos una canción animada para salir del Palacio para recibir a toda nuestra gente. Con los pañuelos que habíamos repartido nos hicieron un paseíllo por el que pasamos, y ver a toda esa gente allí, fue maravilloso. No puedo describirlo con palabras, ¡éramos felices!

En la carpa habíamos preparado una mesa que quesos, una mesa de embutidos y un puesto de creps (2 horas), que contratamos con “La fuente de Olaia”, la verdad que muy contentos con ella también. ¡La mesa de quesos era una pasada! A ella también le contratamos un puesto de perritos calientes que serviría a la hora de la cena y ella nos puso de regalo un puesto de palomitas, que triunfó muchísimo.

Unos amigos nos dieron una sorpresa increíble, cuando debajo de una lona apareció una erromeria de unos amigos tocando allí en directo, puntazo que nos dejó boquiabiertos durante unos segundos. Después de que la música empezara a sonar, no paró hasta las 4 de la madrugada. Todo risas, bailes, caídas, lloros, regalos, canturreos, “perreo” hasta el suelo y bachata, que nos gusta mucho.

Sobre la 1 de la madrugada dejamos la carpa y nos pasamos al bar de cristalera que ofrece unas vistas espectaculares al atardecer. Luces de neón y una barra, que se convirtió en una discoteca para amigos que disfrutamos muchísimo. Besos por todos lados, porque “¡no hay boda, sin beso!” y porque no hay mejor manera de celebrar el amor que besándonos. Siempre lo hacemos y no dejaremos de hacerlo. Sin duda, y aunque esto sí que suene a tópico, el mejor día de nuestra vida. ¡¡La felicidad en estado puro!!