La boda de Alfonso y Cristina en San Ildefonso O La Granja, Segovia

El día de nuestra boda

El día comenzó a las 6 de la mañana. No fue ni el despertador, ni ningún ruido ocasional, no, fueron los nervios. Había llegado el día. Tantos preparativos llegaban hoy a su destino final. Entre la oscuridad de la habitación se podía perfilar el vestido de novia, que tan cuidadosamente se había colgado la noche anterior. Una sonrisa se marcó en mi cara y perduró así durante toda la jornada.Con todo listo, me propuse disfrutar de las horas previas junto a mis familiares y amigos, pero a medida que llegaba la hora de prepararme, un cosquilleo interior recorría mi cuerpo incontrolablemente.El novio tranquilo, y la novia a la pelu.

Tras una sesión maratoniana de risas y nervios y con la hora un poco justa salí disparada para vestirme. Allí me esperaba pacientemente el fotógrafo que con su buen estar supo tranquilizarme y recoger en imágenes ese momento tan especial.

Unos venían, otros iban y entre mis nervios, los del novio que sabía que andaba cerca, los familiares, al final empecé poco a poco a quedarme sola con el padrino.El trayecto en coche desde el Hotel Cándido hasta la Colegiata de La Granja se me hizo interminable, parecía que el resto de los coches me molestaban.