La boda de Alejandro López y Maite Sánchez en San Juan De Alicante, Alicante
Al aire libre Verano Verde 7 profesionales
A&M
13 Sep, 2014El día de nuestra boda
Hacía tiempo que me apetecía contaros como fue nuestra boda, pero el tiempo ha pasado volando y no encontraba el momento.
Nos casamos el 13 de septiembre de 2014 por la mañana, en la Finca El Fidegüet, en San Juan de Alicante. La noche antes dormimos juntos en el hotel Amérigo, en Alicante, y a la mañana siguiente, después de desayunar juntos, mi novio se fue a casa de sus padres y yo me fui a la peluquería.
No estábamos muy nerviosos, a pesar de todo, pero es cierto que al ser una boda de mañana teníamos los tiempos muy calculados con la peluquera, el fotógrafo, etc. Así que fue más estrés por eso, que por los propios nervios del día.
Pues bien, en la peluquería me maquillaron y me peinaron; un gran trabajo de Rosa Rastoll. Y corriendo volví al hotel a esperar a mi familia y a nuestro fotógrafo. Tuve unos momentos para mí mientras no llegaban, un momento que fue muy bonito, porque una amiga me sorprendió con un ramo de rosas blancas que me llevaron a la habitación. Ella no pudo venir a la boda, pero estuvo presente igualmente en mi corazón.
Seguir leyendo »Al poquito llegó el fotógrafo y el videógrafo. Fueron momentos de cierto agobio, porque no me gustan mucho las fotos, ¡y ¡qué decir de que me graben! Pero la verdad es que todo salió estupendamente, ya que elegimos a grandes profesionales. Una vez más, gracias a Javier Berenguer.
Pues bien, llegaron luego mi madre y mis hermanos. Mi madre se cambió en el hotel y mi hermana y mi hermano ya venían vestidos, ambos muy guapos y elegantes. Nos hicimos muchas fotos, algunas muy divertidas, como cuando mi madre y mi hermana me abrochaban el vestido nerviosas y no había manera. También hubo momentos más emotivos, como cuando mi hermano me dio el ramo y quedó inmortalizado.
Llegó mi coche, así que después de acabar con la sesión fotográfica, bajé flanqueada por mi madre y mis hermanos y fue muy emocionante, porque todo el mundo nos miraba con una sonrisa. El coche que elegimos para que me llevara fue un Rolls Royce precioso, cuyo conductor tuvo la paciencia de esperar en la calle cerca de veinte minutos, mientras terminábamos con las fotos. Ahí ya me puse nerviosa. Yo no quería llegar tarde al enlace, como mucho diez minutos, pero finalmente dejé que mi futuro marido esperara cerca de media hora.
En la misma finca celebramos la boda civil y luego el cóctel con el banquete. Fue un día muy, muy caluroso, pero por suerte pusimos una mesa de agua de sabores cerca del lugar donde se iba a celebrar la ceremonia, para que la gente pudiera beber, hablar y relajarse, mientras nos esperaba.
Llegamos a la finca por fin. Primero entró mi madre junto con mi suegro, a continuación mi chico con su madre, luego mis dos primitas que me predecían y finalmente mi hermano y yo de su brazo. Cada uno tuvo una canción para su entrada: mi madre, mi chico y yo. Escogimos un dúo de piano y violín; la música que acompañó toda la ceremonia la hizo muy especial.
A continuación empezó la ceremonia, con nuestra maestra de ceremonias, Isabel de Las Ceremonias de Isabel, que hizo un trabajo precioso con el que lloramos nosotros y gran parte de los invitados. Tuvimos tres lecturas de una amiga de toda la vida, de mi hermana y de un amigo común; las tres nos emocionaron muchísimo. ¡Yo no hacía más que llorar! A esas alturas debía de llevar ya poco maquillaje…
La ceremonia fue de cuento: el ambiente (fue en una zona de pinada), la música, las lecturas, la ceremonia., etc. Hubo risas y lágrimas a partes iguales.
Tras la ceremonia, el beso como marido y mujer y las firmas y fotos. Salimos por el pasillo muy contentos, donde nos llovió arroz. Fue un momento muy bonito, porque estás más relajada y te fijas bien en la gente, que hasta ese momento está un poco en segundo plano en tu cabeza.
Nos hicimos unas cuantas fotos más, ya los dos solos, mientras nuestros invitados iban hacia el patio de la finca donde se servía el cóctel. Hizo muchísimo calor, la verdad es que eso chafó un poquito esa parte de la boda, porque la gente estaba algo agobiada; pero bueno, todo el mundo quedó contento y fue abriendo boca.
La comida quisimos hacerla en el interior de la casa, que es en madera y piedra, e iba en consonancia con nuestra decoración en tonos verdes y morados. La decoración y organización de la boda fue trabajo de Cumpli2, con la que quedamos contentísimos, porque supo captar lo que teníamos en mente y nos hizo una temática viajera y unos detalles que encandilaron a los invitados.
La comida fue fabulosa, nos lo pasamos genial, la gente nos coreaba y gritaba y no comimos nada, ¡pero es que no teníamos hambre! Estábamos tan contentos que no paramos en ningún momento. La comida fue abundante y todo el mundo quedó contento. Además hubo varias sorpresillas, como la entrega de unas flores a nuestras madres, o la entrega de una copia de mi ramo a mi hermana; momentos muy emocionantes. También tuvimos nosotros sorpresas, como los regalos que teníamos en una mesa y que nos habían hecho mis hermanos, o el regalo que me hizo mi ya marido y que no esperaba para nada, tres monos sabios que yo quería comprar desde hacía muchísimo tiempo; me dejó sin habla.
A la hora de cortar la tarta, no podía ser de otra manera que con una espada láser. Y es que mi chico es muy, muy seguidor de esta saga, así que tuvo su momento de protagonismo entrando solo con la espada láser encendida y con los efectos que puso el Dj; todo el mundo se reía. Hicimos una lucha con la espada y mi ramo muy divertida y al final la cortamos, (bueno, realmente hicimos que la cortamos). Nuestra tarta eran unas maletas con nosotros y nuestro perrito, que la pastelera clavó.
Después de una sobremesa larga, nos bajamos de nuevo al patio donde hicimos nuestro baile nupcial. Teníamos una coreografía que habíamos estado ensayando en clase de baile durante meses y que salió bastante bien, a pesar de ser un momento que a mí me ponía bastante nerviosa. La canción no era nada común y creo que sorprendimos a nuestros invitados.
Después se inició la barra libre con nuestro photocall diseñado con todo detalle con máscaras y muñecos a tamaño real de Stars Wars también, además de un candy bar precioso y lleno de todo tipo de tentaciones. Aunque los invitados estaban tan llenos que al principio preferían hacerse fotos con él, luego a última hora no quedó nada, jeje.
Fue un día intenso y precioso, donde estuve más calmada de lo que me imaginaba. Bailé, reí, lloré, besé y abracé a todo el mundo y me sentía especial. La verdad es que nuestra boda fue muy íntima y llena de cariño y amor.
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