La boda de Alberto y Sara en Cáceres, Cáceres

El día de nuestra boda

Mi boda era a las 20:00h. Por la mañana, nos levantamos, yo me quedé en casa con el bebé (6 meses) dándole el desayuno, y Alberto se fue a desayunar con los amigos, porque habían quedado para ir a llevar las motos al restaurante (boda motera y de coches clásicos). Cogí al peque y nos fuimos con mi suegra al restaurante a llevar los últimos detalles, después fuimos a la floristería a recoger mi ramo y los prendidos del padrino y del novio. Pasé por casa a dejar el ramo y el prendido del padrino y nos fuimos al campo, a casa de mis suegros, donde nos estaban esperando los familiares de San Sebastián, porque íbamos a comer todos juntos, pero mi suegra y yo comimos como los pavos porque teníamos cita a las 14:00h en la peluquería, así que dejé al niño allí en el campo con su papi y los demás.

Tardamos unos 40 minutos en la peluquería, porque ya íbamos previamente con rulos y tal. Cuando salimos, llevé a mi suegra al campo y yo me fui a maquillar, y cuando salí, volví al campo a por el niño. Nos fuimos a casita (Alberto se quedó en el campo porque él salía de allí) y mientras él dormía la siesta, yo me relajé en el sofá un ratito. A las 17:00 llegó el fotógrafo allí al campo a hacerle las fotos a Alberto. A las 17:40h se despertó el niño y le di la merienda. A las 18:00h llegó el fotógrafo, y mientras esperamos a que llegaran mi hermana, la novia de mi padre y mi hermanastro para ayudarme a vestirme, el fotógrafo se puso a hacer fotos de los detalles. Mientras me vestía, mi hermanastro vistió al bebé y una vez vestidos, llegó mi padrino, que fue mi padre, y terminamos de hacernos fotos. A las 19:30 llegó mi coche, una limusina clásica de 1970, y mientras yo terminaba de darme los últimos retoques, el conductor puso la silla del niño en el coche. A las 19:50 me llamó mi cuñado para decirme que el novio ya salía hacia el restaurante, y yo estaba saliendo ya de casa, pero tuvieron que esperarnos un ratito porque mi coche no podía ir muy rápido y tenían que entrar los dos coches juntos en el aparcamiento del restaurante. El novio llevaba su Renault 8 de 1975, que se lo compró su abuelo en ese año y cuando murió (por desgracia demasiado joven), este pasó a la abuela, después a la tía y, cuando lo iban a llevar al desguace, Alberto dijo que se quedaba con él, que él lo restauraba, y así hizo con 18 añitos que tenía.