La boda de Alberto y Alicia en San Fernando, Cádiz

El día de nuestra boda

Fue un día mágico; el día antes, mi familia (la de la novia) y yo habíamos ido a un hotel y me trajeron mi ramo, que me enamoró. El día de la boda nos levantamos temprano, vino el maquillador, que me dejó preciosa; me vestí con ayuda de mi madre, que fue la que me peinó, estaba nerviosísima, con ganas de ver a mi prometido, de casarme y disfrutar de nuestro día. Llegamos a la iglesia de San Francisco, en San Fernando en la Bodaneta y allí nos esperaban todos los invitados, el fotógrafo y mi ya marido.

La ceremonia fue preciosa, como siempre la había soñado, por la iglesia, con mi vestido arreglado (lo pase fatal hasta que el día de la boda me quedó como un guante), con las lecturas que queríamos, con las personas que queríamos participando en la ceremonia, con el Ave María sonando en mi entrada, el Aleluya durante la ceremonia y la Marcha nupcial cuando salimos de la iglesia y durante toda la ceremonia con la complicidad y las emociones a flor de piel. El convite fue en la sala pequeña de Yeyo Celebraciones, estaba todo precioso; tuvimos nuestra entrada (que encantó a todos los invitados) al ritmo de Shiping up to boston. En Yeyo estuvieron pendientes de todo el mundo que había manifestado alguna intolerancia alimenticia, tuvimos nuestro corte de lazo, nuestra canción para la entrega del ramo (con muchas lágrimas de emoción), y el corte de tarta, nuestro brindis y nuestro baile de apertura de la barra libre, mil detalles que nos encantaron y emocionaron. Además, actuaron en nuestra boda Los Cañavaleros, con su antología de Carnaval, 1000% recomendables si sois fans del carnaval de Cádiz, que emocionaron a todos con sus coplas, y tuvieron el detallazo de sacar a cantar con ellos a mi marido y de dejarnos unirnos a todos para cantar el pasodoble de Caleta. Durante la barra libre bailamos, cantamos, reímos, lloramos... Y cerramos el día con todos los invitados bailando una conga.