La boda de Alana y Fernando en Madrid, Madrid
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A&F
16 Sep, 2013El día de nuestra boda
Fue un día especial, soleado, no hacía mucho calor y todos estábamos radiantes. En la iglesia Santa Cristina nos esperaban todos nuestros familiares y amigos más allegados ya que fue una boda muy íntima. Después de la ceremonia fuimos al Palacio Real y a la Almudena, que nos pillaba al lado, para dejar reflejado nuestro amor con un recuerdo de nuestro adorado palacio donde salimos por primera vez juntos como pareja. Luego fuimos al parque del Capricho e hicimos una sesión fotográfica.
Llegamos al cóctel en un jardín bellísimo del restaurante De Julián, donde nos esperaban todos nuestros invitados muy contentos por el servicio, la atención, la calidad y la cantidad de comida. Todos nos recibieron con pompas de jabón como le habíamos dicho a nuestras damas que queríamos entrar al cóctel.
Luego vino el banquete y todos nuestros invitados entraron al salón bailando Gangman style ¡y SORPRESAAA! Julián cuidó cada detalle. El motivo de nuestra boda era MANERAS DE DECIR GRACIAS y cada mesa estaba escrita en un idioma distinto y le dimos unas mariposas marca sitio con los nombres de cada invitado. Todo perfecto, les encantó.
Seguir leyendo »La mesa presidencial a lo alto, como príncipes. La comida estuvo genial. Elegimos los siguientes platos en el siguiente orden: Crema de melón al champagne con jamón ibérico crujiente, piña rellena de gambas y rape, sorbete de mojito, merluza a la vasca y entrecot con tempuras.
El momento de la tarta fue genial. Nos regalaron la espada de recuerdo y una pareja de esposo, todo un detalle, y sin contar que la tarta estaba divina, de chocolate negro, blanco y trufas con helado de cheesecake y arándanos.
Les dimos detalles a las damas de honor, nuestras hermanas, amigas, testigos. Luego las damas de honor pasaron por cada mesa repartiendo los detalles, tanto a mujeres como a hombres y la madrina se los entregó a los niños invitados. Y claro, dejaron un cañón de pétalos por mesa y nuestra corte nupcial tenía uno cada una de ellas para cuando hiciéramos nuestro primer baile como esposos.
Yo tenía 2 ramos, el más grande se lo regalé a mi madre y el segundo lo lancé a las solteras. Mi esposo me quitó la liga y la lanzó a los solteros, después el afortunado que cogió la liga se la puso a la afortunada del ramo y para reírse porque no se conocían de nada y estaban muy apenados los dos.
Pasamos por cada mesa para tomarnos fotos con todos los invitados y mientras la madrina entregaba alfileres a todas las mujeres las damas entregaron seguidamente sombreros de purpurina a los hombres, antifaces a las mujeres y máscaras a los niños para hacer una hora loca.
Todo esto fue acompañado con música y la dedicación y esmero de Julián, el dueño del restaurante, que cuidó cada detalle al milímetro.
¡GRACIAS!
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