La boda de Airam y Paco en Albacete, Albacete

Hubo nervios, lloros y risas. Participaron nuestros amigos para dirigirnos sus palabras amables. Belén, Aitor y Jorge, además de ejercer de maestros de ceremonias, nos casaron ante nuestros amigos y familiares con el rito mexicano, tras el cual nos dijimos los respectivos votos, mientras de fondo sonaba en directo la canción de La vida es Bella. Al final, Airam y yo no nos tomamos por esposos. Tras el ritual mexicano y los votosl, Belén contó una bonita historia (que no voy a desarrollar aquí) que concluyó con una pregunta: "Paco, Airam. Airam, Paco, ¿estáis dispuestos a haceros felices?" Nosotros nos miramos y sin dudarlo respondimos: "Sí".

Tras nuestro sí conjunto ellos tres nos declararon marido y marido y todo el salón estalló en grandes aplausos, abrazos y mucha felicidad. El equipo de El Lomo fue un crack con la organización: montaron el salón para la ceremonia con los recursos que tenían y quedó precioso, nos sirvieron el cocktail en el patio de la entrada, durante el cocktail montaron todo el salón para la comida. Todo esto sin que nadie nos diéramos cuenta de lo que se estaba moviendo allí dentro.

Tras el cocktail tocaba entrar al salón. Normalmente, la gente espera una canción clásica con ritmo y que los novios entren bailando. Airam y yo teníamos otro plan: nuestra canción era Proud Mary, de Tina Turner, y dejamos que sonara toda la primera mitad de la canción, esa que es a un ritmo muy calmado, muy calmado... Los novios no entraban, la gente ya estaba nerviosa... Y, de repente, ¡estalla la música y estos dos novios entran corriendo!

Íbamos a ir de la mano, pero Airam se me escapó y aquello parecía entre una maratón y novia a la fuga. Dimos un par de vueltas al salón, por fuera y entre las mesas y todo el mundo se quedó flipando de lo mucho que les gustó. La comida fue bestial. Todo el mundo quedó satisfecho. El baile con barra libre fue superdivertido: hay que decir que nuestros amigos venían con mucha gana de fiesta.

Los días siguientes no hemos parado de recibir felicitaciones por el matrimonio y por el festín que les ofrecimos. Sencillamente, vivimos el día más feliz de nuestras vidas.