La boda de Adrián y Nuria en Paredes De Nava, Palencia

Brindamos con nuestra primera cerveza fresquita como marido y mujer, y nos hicimos fotos con nuestros invitados.

El banquete se celebró en unas ruinas de una iglesia rehabilitada.

Nuestra entrada se realizó con unas bengalas de humo, que me había traído una amiga la noche de antes que venía de Bilbao "last minute". Hicimos el brindis en la entrada y pasamos el cóctel, rodeados de todas personas más importantes para nosotros.

La entrada a la cena la hicimos con una canción de los 90, ya que sonaba muchísimo cuando nos conocimos y nos transportó a todos aquella época.

Durante la cena, entregamos unos detalles a las madres, padres, hermanas, abuelos y a una amiga que ha pasado un momento duro y no se lo esperaba, fue muy emotivo.

En el plato principal, una de mis amigas que vino embarazadísima (salía de cuentas el día de nuestra boda) se puso de parto, la niña nació ese mismo día, una anécdota para recordar.

El resto de la cena se desarrolló tranquila, hasta que nos entregaron los amigos los regalos.

El baile lo abrimos con una canción superemotiva, versionada en castellano. A thousand years de Kevin & Karla, habíamos estado practicando el baile, ya que somos un desastre bailando, a pesar de los nervios, salió muy bien.

A partir de ese momento, comenzaron la fiesta y el fotomatón para tener un recuerdo de todos nuestros invitados. Bailamos, bebimos y reímos muchísimo.

Otra anécdota que sucedió fue la pedida de mano de un amigo a su pareja. Un momento superemotivo para todos, ya que nadie lo esperaba.

Nuestra experiencia como novios fue maravillosa, a pesar de los nervios y del estrés de esa semana, finalmente todo salió genial y las anécdotas que hemos mencionado anteriormente hacen que nuestro día fuese mágico y único.