La boda de Jagoba y Irune en Artaza (Leioa), Vizcaya
Invierno Azul 4 profesionales
J&I
07 Mar, 2015El día de nuestra boda
Ya por fin tenemos las fotos de la boda, ya tenemos los álbumes, los trajes recién recogidos de la tintorería, definitivamente, ya ha pasado todo ¡Qué pena!
Somos Irune y Jagoba y hace tres días nada más hicimos dos mesecitos de casados.
He de decir que si me hacen elegir el día más especial, romántico, divertido y entrañable de mi vida, sería ese: el día B. (También he de decir que no soy madre, aun, ya que dicen que ese será realmente el mejor día de mi vida). Pero, por ahora, el mejor de todos fue el 7 de marzo.
Llevaba meses metiéndome aquí, leyendo de todo, todas esas novias que ahora me estaréis leyendo a mí (¡qué vergüenza!).He leído como preparabais poco a poco vuestras bodas, he cogido consejos e ideas de todas vosotras y he leído crónicas de chicas recién casadas. Algunas decían que había sido un día especial, otras personas decían que había sido muy emotivo, otras estuvieron muy nerviosas, el caso es que yo me preguntaba ¿y cómo será mi día? Pues bien, ahí os va mi historia.
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Llevaba como dos meses lloviendo sin parar (esto es Euskadi, no olvidemos que aquí cuando le da por llover le da con ganas) y yo no podía parar de pensar qué iba a ser de la cola de mi vestido empapada arrastrándola por el suelo.
Hay que decir que cuando una novia Euskaldun decide casarse en marzo (o realmente en cualquier mes del año) sabe perfectamente a lo que se atiene y yo lo sabía perfectamente pero, de llover un poco al diluvio universal ¡había un trecho! Pero justo tres días antes de la boda empezó a lucir el sol, pero a lucir que no veáis, el día de la boda pensé que me quemaba del solazo que pegaba.
La noche anterior no pude dormir hasta tarde porque no solo había que preparar las cosas para el enlace, sino también la maleta para la luna de miel. Estaba tan nerviosa porque no faltase de nada que no dormí hasta las 3 o así. A la mañana me desperté perfectamente, súper animada y muy muy tranquila. La peluquería, maquillaje, me fui en coche a buscar a mi fotógrafa y a por el ramo. Estaba realmente disfrutando de la preciosa mañana que había salido mientras los demás me esperaban histéricos preguntándose qué leñes estaría haciendo.
La boda fue preciosa. Era una ceremonia civil en el Palacio Artaza en Leioa (Bizkaia) en el que a los vecinos del municipio nos permiten casarnos. Como las ceremonias civiles duran más bien poco, tuvimos la gran idea de que nuestros hermanos leyesen ¡Y no podía haber sido una idea mejor!
Empezó leyendo mi cuñado, un texto breve y muy gracioso lleno de chistes, seguido de uno de mis hermanos que, tras contarle a todo el mundo todas las trastadas que me hacían de pequeña por haberles usurpado su habitación de juguetes, nos hizo llorar a todos con su “estoy orgulloso de ti hermanita y no te cambiaría ni por un cuarto de juegos”. Finalmente leyó mi hermano más mayor que nos aconsejó que nos queramos como nunca porque el amor es “lo que verdaderamente mueve el mundo”. Una verdadera preciosidad. Aconsejo a todos aquellos que no sepan cómo alargar una ceremonia, que hagan algo parecido, porque es súper emotivo.
A partir de ahí todo fue rodado, salimos hacia el restaurante (Los Tamarises en Getxo) el cóctel fue genial, en la terraza, la playa al lado, ¡vaya solazo! Todo riquísimo, los camareros muy atentos. A mí al menos no me faltó de nada, ya que con el vestido y todo no tenía mucha movilidad, se acercaban a mí a traerme canapés.
La comida, muy bien, la fiesta, increíble, fue un día realmente precioso. La gente se lo pasó genial y como ejemplo tenemos casi 150 fotos del photocall con todos los familiares y amigos disfrazados haciendo el gamberro ¡un recuerdo inolvidable!
Y ¿lo mejor? El baile. Nosotros no sabemos bailar, solo nos acercamos, nos abrazamos y nos movimos al ritmo del ukelele de “Somewhere over the rainbow”, una canción que antes nos gustaba por bonita y ahora se ha convertido en el resumen de todo lo que significó nuestra boda, una canción que nunca volverá a ser la misma que hace unos meses. Durante el baile os juro que se paró el tiempo, ¿Cómo en las pelis? Pues ¡igual! Solo lloraba y le miraba y le decía lo guapo que estaba. Increíble.
Finalmente en el hotel, cuando ya había pasado todo y repasamos el día, comentamos que, definitivamente, ese había sido el día más especial y romántico de nuestras vidas.
Espero que todos los que estáis leyendo esto seáis tan felices como lo fui yo y por si alguien se lo pregunta, no, no salió todo bien, no salió todo como estaba previsto y fallaron muchas cosas pero a nadie le importó. De hecho hubo gente que ni se fijó, solo yo, fue sólo cosa mía que lo había estado preparando durante meses. Así que disfrutad, que os dé igual que esté todo perfecto y en su sitio y no os amarguéis si no es así. Es vuestro día, es un día increíble, inolvidable y todo el mundo está pendiente de que estéis bien, no de los fallos. Y vosotros simplemente dejaros llevar.
Un fuerte abrazo
¡Sed felices!
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