La boda de Manuel y Henar en Alcoi/alcoy, Alicante
Elegantes Verano Blanco 13 profesionales
M&H
25 Jul, 2020El día de nuestra boda
Fue un día lleno de emociones.
Me levanté de la cama soñando con que había perdido el DNI, y efectivamente, al levantarme vi que lo había perdido. ¿Cómo me iba ahora de viaje de novios? Me pasé la mañana rezando a San Antonio para que apareciese, pero no había manera. Después de varias horas de búsqueda infructuosa, decidí dejarlo para el día siguiente.
A las 11, después de que me peinaran y maquillaran, vinieron mis amigas para ayudarme con el vestido. ¡Qué difícil era entrar ahí dentro y lo fácil que parece cuando vas a las pruebas! Una vez dentro del vestido, todo fue como la seda.
Joaquín llegó puntual con su coche antiguo, precioso, y me trajo el ramo. El padre de Manu me ayudó a subir al coche y juntos nos fuimos a la iglesia. Yo, que hasta ese momento no había estado nerviosa, empecé a estarlo.
Al llegar a la iglesia y ver a todo el mundo casi me pongo a llorar... Toda esa gente se había desplazado hasta Alcoy, en medio de una pandemia y en pleno verano, para acompañarnos ese día. Todos con mascarillas, pero con los ojitos achinados por la sonrisa.
Seguir leyendo »Y al final del pasillo, esperándome, Manuel. El hombre de mi vida.
Hice el pasillito toda feliz hasta que me di cuenta de que me iba pisando el vestido. Después de 398492834 pruebas y de cortar y recortar, ¿cómo podía ser? Al parecer había adelgazado con los nervios de la boda y ahora se me bajaba.
Con una sonrisa y tratando de pisarme el vestido con el mayor estilo posible, llegué junto a Manu. ¡Qué guapo estaba, por favor!
Y en ese momento, cuando creía que lo peor había pasado, me di cuenta de que me había olvidado de pensar en algo. ¿Cómo narices te sientas para lucir el vestido? Todas las novias están monísimas sentadas con su despampanante cola. ¿Cuál era el truco?
Pues, si alguien lo sabe que me lo diga, porque yo todavía no lo sé. Cogí, me senté, y confié en que las fotos quedaran bien a pesar de mi torpeza.
Lo que sigue ya sí que fue coser y cantar.
Al salir de la iglesia no hubo besos ni abrazos para evitar riesgos de contagio, pero sí hubo arroz, confeti y una traca, que por algo somos valencianos. Como hacía mucho calor, pusimos abanicos, pañuelitos y botellas de agua fría a disposición de los invitados.
Al llegar a Castell nos hicimos las fotos y vídeos de rigor y nos centramos en disfrutar de familia, amigos y comida. Xavi, Sandra y Lucía se encargaron de que todo saliera a la perfección.
Después de la comida llegó el temido momento baile. Salió mejor de lo que esperábamos y afortunadamente pasó rápido. Fue parar de bailar y empezó a tocar Retropop Band para ahorrarnos pasar más vergüenza.
La música en directo fue sin duda la guinda para una boda de película. La gente bailó y cantó sin parar y el grupo incluso se quedó un rato de más porque nadie quería que acabaran. ¡Eran unos cracks!
¿Y lo mejor? ¡Al día siguiente apareció mi DNI y nos pudimos ir de viaje! ¡Gracias, San Antonio!
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