La boda de Jose Luis y Anabel en Coria Del Rio, Sevilla
Vintage Primavera 2 profesionales
J&A
21 Abr, 2012El día de nuestra boda
Así empieza la historia de un cuento de hadas...
(Bueno, comentar que oficialmente nos casamos el día anterior en los juzgados)
Nos arriesgamos mucho cogiendo en mes de abril para casarnos, porque aquí en Sevilla suele llover en esas fechas. Pero Jose decía que como era entre Semana Santa y feria no llovería, pues suele llover en una o en otra fastidiando a los que les gusta la Semana Santa o a los feriantes. Como nosotros ni una cosa ni otra, el tiempo nos respetó. Más bien incluso pasamos calor sobre todo por los atuendos que llevábamos. Salió un día de sol radiante así que a disfrutar.
Recuerdo que esa mañana ni nos pusimos en contacto, cada uno estaba en casa de sus padres arreglándose y disfrutando de la compañía de su familia. Yo no miré el reloj, en ningún momento pues confiaba en que todo iba a salir a su hora y creo que fue lo mejor para no ponerme nerviosa. Todos estábamos muy tranquilos, después de muchos días de preparativos ya que la mayoría de las decoraciones, accesorios de trajes, trajes... eran elaborados por nosotros. Después he supe que Jose iba a llegar tarde y que me estuvo llamando para avisarme para que no llegase antes que él como ocurrió en la boda del día anterior.
Seguir leyendo »Al llegar me sorprendió que todo el mundo (incluido el novio) estaban esperando fuera a que me bajase del coche, me chocó un poco pero también es muy bonito ver cómo te reciben y te dan la bienvenida. ¡¡Qué nervios!! Todo el mundo haciéndote fotos y yo buscando entre la gente al novio.
El novio iba de la edad media, pero la Alta Edad Media ya casi entrando en el renacimiento. La idea del traje la cogió viendo la serie de los Tudor y el traje se lo hizo su madre que cose realmente bien. Nosotros con el “cachondeo” le decimos que parece el príncipe de las galletas. El novio casi guarda mejor el secreto de cómo iba vestido que la mismísima novia, no había forma de sacarle un poquito de cómo iba a ser, yo le dije que lo mismo le veía de príncipe azul que del comisario del Aguila Roja. Así que fue muy gracioso porque cuando me bajé del coche me giré y le grité “¡Sabía que ibas a venir de príncipe! Y es que no puede ser de otra forma porque realmente es mi príncipe azul.
La entrada para la ceremonia la hicimos cada uno por separado, y para recibirnos pusieron a varios familiares con espadas levantadas en la entrada. Nos tocaron la gaita, guitarra, violín, flauta varios familiares y amigos tanto en la entrada, ceremonia como salida. Después empezó el rito pidiendo la paz en todos los reinos, dando las gracias a las fuerzas de la naturaleza por permitir que todos los elementos se uniesen para conseguir esa celebración. El rito se llama el vencimiento de la muerte y se llama así porque como bien explicó el druida que nos casó, nuestro amor será tan fuerte que durará más allá de la muerte. Nos intercambiamos elementos de la naturaleza como unos cristales naturales (tierra), nos unieron las manos entrelazándolas con un lazo azul, encendimos varias velas (fuego), vino un águila portando los anillos (aire), después yo con una vaina de espada y Jose con la espada la envainamos en señal de nuestra intención de paz y recuerdo sólo las palabras del druida que decía “más inmenso que el mar azul, así será vuestro amor...”
Una vez finalizada la ceremonia empezaron los entrantes en el jardín y nosotros aprovechamos para hacernos las fotos en la misma finca ya que teníamos muy claro que no queríamos tardar mucho y no queríamos perdernos ni un minuto con la familia. Para deleitarlos pusimos puestos con animales rapaces y animadores que no paraban de inventar juegos y sacar sonrisas. Todo el mundo nos dijo lo mismo, que qué bien habían comido, que incluso en los entrantes los camareros insistían en que cogiesen más y que nunca pararon de sacar comida, además pusimos un carro de madera lleno de cerveza fresquita cosa que sabemos que más de uno nos agradeció.
Después la comida fue en una cabaña de madera. Pusimos cosas típicas de aquí sin grandes lujos pero que sabíamos que iban a gustar: salmorejo fresquito, gambas, jamón, queso, sorbete de limón, solomillo al mojo con patatas panaderas y tarta de chocolate. Las figuras de la tarta nos la regaló mi hermana y fueron súper originales un caballero y un hada cada uno en su caballo, preciosas. Durante la comida también hubo vuelo de aves rapaces, actuaciones de los animadores y música por parte de los familiares. Mi padre nos pintó un cuadro con un árbol y pidió a los asistentes que cuando pudiesen pasasen a poner la yema del dedo pintaba de verde como hojas para hacer una especie de libro de firmas. Quedó precioso.
Después de la comida repartimos los regalitos y a bailar. El baile nupcial empezó con una música medieval y le metimos salsa, pasadoble, sevillanas... La gente no paraba de gritarnos, no se lo esperaban y una vez que pasó ese baile barra libre y todo el mundo a la pista. Jose dice que siempre tenía que ir buscándome, que hablaba con uno y al rato ¿dónde está mi mujer? y que me veía por allí saltando y bailando sola a mi bola, y es que realmente disfruté muchísimo. Todos estábamos sanos, contentos y celebrando un gran día.
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